El Barcelona le puso el piloto automático a una definición trascendental y aún así no sufrió percances en el viaje. Un equipo aceitado que funciona mejor que cualquier avión del planeta, consiguió una ventaja abismal en el partido de Ida y se aprovechó de eso en el choque de Vuelta disputado en el Madrigal. Con un 3-1 sobre Villarreal, mismo resultado que en el primer chico, sacó el pasaporte a la Final de la Copa del Rey.
No tuvo contratiempos, principalmente, porque Lionel Messi frotó la lámpara en el vestuario para darle una habilitación fenomenal a Neymar, quien a los tres minutos punteó la pelota ante la salida de Asenjo y colocó el primer tanto del partido, colocando medio boleto en el bolsillo de los de Luis Enrique. Un centro pasado de Uche que capitalizó Dos Santos puso puntos suspensivos sobre la serie, ya que se colocaban 1 a 1.
Pero el "Submarino Amarillo" nunca inquietó a Ter Stegen y Luis Suárez se encargó de derribar todos los fantasmas con un remate tras una larga asistencia de Javier Mascherano, luego de un buen traslado del balón de todo el equipo. Ya en la última, y con una Pulga bastante inactiva, Neymar cerró el marcador con un cabezazo dentro del área, tras un centro de Xavi.
De este modo, el Blaugrana terminó la faena y eliminó al equipo de Luciano Vietto y Mateo Musacchio, ambos titulares, obteniendo el boleto a la Final del 30 de mayo, aún sin escenario confirmado. Habrá que esperar por el otro finalista, aunque podría darse una derby de Cataluña si el Espanyol se impone al Bilbao.