Desde la primera participación argentina en los Juegos Olímpicos ?también en Paris, pero en 1924-, la elección de los abanderados ha sido un momento de gran orgullo y simbolismo para el país. Estos atletas no solo representan su disciplina, sino que también llevan la responsabilidad de ser la cara visible de la delegación argentina en tan magna competencia. Entre Ríos tuvo dos representantes distinguidos:
Enrique Thompson, nacido en Hernandarias el 15 de diciembre de 1897, fue un decatleta argentino que consiguió ser olímpico en los Juegos Olímpicos de París 1924. Fue el abanderado de la delegación nacional en la ceremonia de apertura en esa olimpíada y el primer abanderado de la primera participación olímpica argentina organizada.
Durante los Juegos Olímpicos, "Quique" participó en dos pruebas: en los 400 metros con vallas y en decatlón. En los 400 metros con vallas fue eliminado en primera ronda, tomando el tercer lugar en su tiempo de carrera de calificación con un tiempo de 57,0 segundos y en decatlón se clasificó en la 13° posición.
El tradicional balneario "Enrique Thompson" de Paraná, lleva este nombre en honor a este deportista entrerriano.
Carlos César Delía Larocca, nacido en Concordia el 21 de enero de 1923, jinete, militar, diplomático y directivo argentino que participó en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972, donde fue abanderado de la delegación argentina en la ceremonia de apertura.
Anteriormente, intervino en los Juegos Olímpicos de Melbourne 1956 (con su caballo Discutido; aunque las pruebas hípicas se llevaron a cabo en Estocolmo, Suecia), Roma 1960 (con su caballo Huipil), Tokio 1964 (con su caballo Popin), México 1968 (con su caballo Scandale) y Múnich 1972 (con su caballo Cardón), en los eventos de salto mixto individual y de equipos.
(Cuestión Entrerriana)