

REDACCIÓN ELONCE
Transita una nueva jornada de la travesía Remar Contracorriente por el Agua, la Vida y la Soberanía; los remeros arribaron este lunes a las playas del balneario de Bajada Grande en Paraná y fueron recibidos por alumnos de las escuelas “María Reina Inmaculada” del barrio Macarone y “Francisco Soler” de Bajada Grande con banderas argentinas y carteles alusivos a la defensa del río.
La travesía náutica es una acción convocada por más de 180 organizaciones de todo el país en rechazo al proceso iniciado para la reprivatización de la gestión de la Hidrovía Paraná-Paraguay que prevé obras a lo largo de su trazado e incluye el dragado a 44 pies, lo que implica la destrucción de los humedales y el impacto negativo para las comunidades a la vera del río Paraná.



De hecho, el guía de pesca de Victoria y asesor municipal en islas, Javier Núñez, contó a Elonce que en la ciudad de las siete colinas “sufre el embate del dragado porque el pueblo atraviesa una emergencia hídrica y en 2020 estuvo a punto de quedarnos sin agua”.
“Ya desde los años `90 cuando Menem entregó la concesión se empezó a dragar y en mi pueblo, los pescadores y los isleros, siempre dijeron que eso traería problemas; porque las dragas cargan el sedimento en el lastre, se arriman a las costas entrerrianas y liberan ese sedimento que se ha ido metiendo en las bocas que alimentan nuestro Delta”, explicó Núñez. Y completó: “Victoria tiene en su ejido 360 mil hectáreas de islas, las que están en peligro porque los canales están sedimentados”.
“Si llevan el dragado a 44 pies, será la sentencia de muerte para nuestra zona y hasta podría afectar el clima porque es una masa de agua que genera lluvias”, sentenció el guía de pesca de Victoria.



En la oportunidad, el remero instó “a los representantes políticos a emitir opinión sobre el dragado del río Paraná, porque si lo llevaran a 44 pies nos quedaríamos sin humedales y muchas de estas zonas estarían en peligro”.
“El Paraná es majestuoso por su riqueza, pero el Estado no tiene presencia en el río; los barcos son extranjeros y vimos ruinas de astilleros cerrados y más de 20 barcazas abandonadas, que podrían ser reutilizadas en una flota nacional”, expuso al fundamentar que la travesía náutica “es una cuestión de soberanía”. “Es vital la presencia del Estado en el río Paraná para que el país pueda salir adelante”, fundamentó.
Por su parte, el guardaparques del Islote Curupí, Elías Sigura se mostró “emocionado” por el recibimiento en Bajada Grande; y destacó la importancia de “dar a conocer la problemática en torno a nuestro río, porque podríamos quedar sin nuestras lagunas ni nuestros humedales”. “No se puede cuidar lo que no se conoce”, indicó e instó a conocer nuestra flora y fauna.