El debate por las retenciones enfrenta a Nación y provincias en un cruce de declaraciones sobre la presión fiscal al campo.
Los gobernadores de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos intensificaron sus reclamos al Gobierno nacional para reducir las retenciones al sector agropecuario, advirtiendo sobre una crisis inminente en el sector.
Martín Llaryora, gobernador de Córdoba, lanzó una advertencia contundente: “Si no hay un cambio rápido, podemos tener un colapso en materia agropecuaria como en los '90”.
El pedido de los mandatarios provinciales encontró eco en Rogelio Frigerio, gobernador de Entre Ríos, quien subrayó la importancia de priorizar al campo en la política fiscal del Gobierno nacional. “No debería haber ninguna otra prioridad en la política de reducción impositiva del Gobierno nacional que no sea aliviar al sector agropecuario”, expresó.
La respuesta no se hizo esperar y llegó de la mano del ministro de Economía, Luis Caputo, quien lanzó un contundente mensaje en redes sociales.
El funcionario defendió la política tributaria nacional y apuntó contra las provincias por no asumir su parte en la responsabilidad fiscal. “Este gobierno vino a bajar impuestos, pero lo hará con responsabilidad. Solo podemos cumplir ese objetivo con superávit fiscal, algo imposible de lograr si las provincias no hacen su parte”, publicó Caputo.
Entre las reacciones al mensaje del ministro, el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, defendió la política fiscal de su provincia. “En Santa Fe, la presión fiscal es sumamente baja”, afirmó. “El año pasado, en materia de impuesto inmobiliario rural, recaudamos 14 millones de dólares, pero invertimos en políticas para el campo y sectores productivos 343 millones de dólares, es decir, más de 22 veces más. No nos pueden decir a nosotros que el problema de la presión fiscal es por los tributos que cobramos las provincias”, aclaró.
Caputo, lejos de calmar las aguas, criticó las palabras de los líderes provinciales y advirtió: “Todavía no hemos visto una sola provincia reducir Ingresos Brutos, el peor impuesto para la economía. Al contrario, muchas lo han subido a niveles aberrantes. Los municipios, por su parte, están directamente estafando a sus vecinos con tasas que no se justifican”.
La tensión entre Nación y provincias sigue escalando, con el campo como eje central del debate. Mientras los gobernadores insisten en la necesidad de un alivio fiscal, desde el Ejecutivo nacional remarcan que cualquier cambio debe incluir compromisos claros de todos los niveles del Estado.
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