El 9 de enero de 2023, un grupo de astrónomos chinos observó el cielo en una región particular del cosmos y divisó algo que nadie había visto antes: un posible nuevo cometa, aunque, en ese momento, todavía no se podía confirmar.
Con el paso del tiempo, los expertos han podido predecir la dirección del mismo y, sorprendentemente, su paso cercano a la Tierra, lo que ha despertado una gran expectativa entre los astrónomos y entusiastas del espacio debido a sus características extraordinarias.
Se trata del cometa C/2023 A3 ‘Tsuchinshan-ATLAS’ que ya había visitado la Tierra hace 26.000 años, cuando brilló con todo su esplendor sobre el firmamento del planeta, en el momento en que el Homo sapiens apenas construía herramientas rústicas y desarrollaba técnicas para sobrevivir a la naturaleza.
Su nombre rinde homenaje tanto al Observatorio de la Montaña Púrpura en China (Observatorio Astronómico de Zijinshan) como al Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS, por sus siglas en inglés), entidades clave en su descubrimiento.
Tras su primera observación en China, la confirmación tuvo lugar en Sudáfrica el 22 de febrero de 2023, cuando el telescopio ATLAS detectó este nuevo objeto que más tarde se demostraría que era un cometa. En un inicio fue denominado como A10SVYR.
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Respecto a su denominación, la letra C explica que se trata de un cometa no periódico. Este tipo de cuerpos celestes provienen de la nube de Oort. Por otro lado, 2023 A3 indica que fue descubierto en 2023, concretamente en la primera quincena de enero (nomenclatura de cometas que corresponde a la letra A). Se trata del tercer objeto de este tipo descubierto en ese periodo.
Un brillo especial
De acuerdo con expertos espaciales, en su trayectoria, el cometa ‘Tsuchinshan-ATLAS’ alcanzará su punto más cercano al Sol (o perihelio) el próximo 27 de septiembre de 2024.
Hasta ese día se determinará si el objeto sobrevive o no a la interacción con el astro rey. Si supera la prueba, el mejor momento para observar a C/2023 A3 serán los días sábado 12 y domingo 13 de octubre, cuando reduzca su distancia al mínimo con la Tierra, pasando a solo 0.56 unidades astronómicas (83.774.807 km).
Igualmente, durante todo julio y agosto se lo podría observar incluso a simple vista, aunque lo más recomendable es el uso de binoculares o telescopios. Se estima que en ese momento podría alcanzar una magnitud de 0.5, haciéndolo fácilmente visible. Los aficionados pueden seguir la trayectoria del cometa utilizando aplicaciones como Sky Tonight, que permite localizar su posición actual en el cielo.
Una de las características que hacen diferente a C/2023 A3 de los otros cometas es su larga cola, más prominente de lo habitual a medida que se acerca al Sol. Mientras “el cometa del siglo” se acerca a nuestra estrella, la cola de polvo y hielo se calienta notablemente, provocando que las partículas de hielo se evaporen y escapen rápidamente al espacio, transportando consigo una gran cantidad de polvo que, al extenderse, forma la cola.
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Otro de los rasgos que hace especial a este cometa es su brillo, algo impredecible, que variará según su actividad durante los próximos meses. Uno de los motivos detrás de su brillo es el tamaño de su núcleo, el cual es de un tamaño superior al resto de la media, con un diámetro de entre 6 y 15 kilómetros, según algunas estimaciones.
Los expertos afirman que este cuerpo de roca y hielo podría brillar de forma excepcional, superando incluso al C/2020 F3 (NEOWISE) del verano de 2020.
Además, este cometa también podrá ser visto desde el hemisferio norte, algo inusual en los últimos años, ya que la última vez que un cometa excepcionalmente brillante pudo ser visible desde estas latitudes fue en 1997, con la llegada del cometa Hale-Bopp. Fuente: Infobae