La salud de Michael Schumacher es uno de los grandes misterios de la historia del deporte o, mejor, el gran misterio en derredor de un deportista a lo largo de los tiempos. Nada más se supo de él más allá de su despertar de un coma inducido luego de siete meses de sufrir un accidente mientras esquiaba en los Alpes franceses allá por diciembre de 2013. Su familia se encargó de cerrar por completo el acceso a la información sobre el estado del séptuple campeón mundial de la Fórmula Uno y sólo ocho años después rompieron el silencio. Primero fue Corinna Schumacher la que habló y ahora se refirió al expiloto su hijo, Mick Schumacher.
<b>"Respeto mucho a mi papá. Siempre lo he respetado, tiene una gran presencia",</b> dijo el piloto de la escudería Haas de la F1, quien a sus 22 años ha cosechado grandes resultados en categorías menores del automovilismo como F1, F3 y F2. "Cuando entra a una habitación todos guardan silencio, así lo recuerdo", expresó el hijo del icónico alemán, campeón de la máxima categoría del mundo motor en 1994 y 1995, ambos con Benetton, y en 2000, 2001, 2002, 2003 y 2004, todos con Ferrari.
"Y yo también era de los que guardaban silencio, pero como dije: era mi héroe cuando entraba a una habitación. Así que pienso, <b>cada vez que lo miro, me digo 'sí, así quiero ser', tanta fuerza y tanta tranquilidad",</b> interpretó.
Mick apeló además a los recuerdos de aquellos viejos buenos tiempos con su papá. "Cuando pienso en el pasado, las imágenes que me vienen a la cabeza suelen ser de los cuatro divirtiéndonos. Veo imágenes de nosotros conduciendo un go-kart en la pradera. Veo imágenes de nosotros con los ponis, sentados en el carruaje, realmente muchos momentos que resuenan con alegría", dijo, emocionado.
El de Mick es uno de los esperados testimonios del documental Schumacher, estrenado días atrás, en el que nada hay de revelador sobre la salud de Michael, pero en el que se repasan con detalle los grandes momentos de su carrera e incluso sus comienzos, donde la situación económica de su familia apremiaba y él corría en kartings cuyos neumáticos recuperaba de la basura que otros tiraban.
En la película hablan, además, la esposa del expiloto alemán, Corinna Schumacher, su hija, Gina, su padre, Rolf, y su hermano, Ralf Schumacher. Por fuera de su círculo sanguíneo, los otros testimonios son de James Allen, Ross Brawn, Flavio Briatore, David Coulthard, Bernie Ecclestone, Piero Ferrari, Mika Häkkinen, Damon Hill, Eddie Irvine, Sabine Kehm, Luca Di Montezemolo, Gerard Noack, Gianluca Pilot, Jean Todt, Sebastian Vettel, Mark Webber, Willi Weber y Richard Williams.
Si bien Corinna interviene en 12 oportunidades con distintos recuerdos de la vida junto al campeón, de recuerdos en torno a la familia y de la privacidad sobre su salud que se juraron respetar desde accidente, no hizo una sola mención al tratamiento de rehabilitación que lleva a cabo en el chalet familiar ubicado en Gland (Suiza).
Allí, Michael Schumacher apenas recibe visitas, fuera de las que puntualmente hace el jefe de la FIA y exdirector deportivo en Ferrari, Jean Todt, quien a veces se ha referido a esos encuentros, sin dar detalles sobre su estado.
<b>La familia Schumacher guarda celosamente la norma de la discreción.</b> Pasaron ya casi ocho años desde el accidente del 29 de diciembre de 2013 en esa estación invernal de los Alpes franceses. Por entonces llevaba varios años retirado de la competición.
El piloto que tantos accidentes había superado en los circuitos quedó al borde de la muerte en una pista de esquí, su otra pasión deportiva. Su ingreso en una clínica de Grenoble, con politraumatismo craneoencefálico, desplegó un circo mediático que puso a prueba la paciencia de los responsables del centro médico y la capacidad de gestionar los ánimos en una familia emocionalmente al límite.
Su esposa, Corinna, como la exmánager del piloto, Sabine Kehm, se vieron acosadas por los medios a cada entrada o salida del centro. Hubo intentos frustrados de robo de imágenes del accidentado y otros ejemplos de voracidad periodística. Michael despertó del coma inducido en que había ingresado a los seis meses del accidente.
De la clínica de Grenoble se lo trasladó a un centro de rehabilitación en Lausana (Suiza) y, de ahí, al chalet de Gland, acondicionado debidamente para su atención, entre equipos de médicos, auxiliares y fisioterapeutas. Ocho años después, Corinna, quien se casó con Michael en 1995 y es madre de sus dos hijos -Gina Maria y Mick-, sigue representándole en actos benéficos y otros eventos.
Ni una ni otra, juntas ni por separado, revelan más de lo que juzgan conveniente. El estado de salud de Michael es asunto privado.