Carlos Monzón marcó una época para el boxeo argentino, por su récord de las 14 defensas del título mundial mediano, su posición como uno de los mejores libra por libra del momento y sus históricos triunfos (superando a rivales como Emile Griffith y José "Mantequilla" Nápoles, entre otros). Todo -incluyendo lo extradeportivo- nació el 7 de noviembre de 1970, con el histórico escopetazo a Nino Benvenuti en el Palazzo Dello Sport de Roma.
El santafesino, quien tenía 28 años, llegaba con una larga trayectoria profesional en Argentina, con muchas veladas en el Luna Park, aunque no tenía reconocimiento a nivel internacional. El italiano era, por lejos, el favorito. Después de tanto insistirle a Bruno Amaduzzi, manager de Nino, Juan Carlos Lectoure le consiguió la chance. Incluso estuvo dispuesto a pagar una bolsa de 80 mil dólares de la época para realizar el combate en Buenos Aires. "Suerte que no quisieron, porque hubiera fundido al Luna Park", dijo Tito, según recuerda el periodista Carlos Irusta.
El contraste entre ambos boxeadores era notorio: Monzón -morocho y "sudaca"- se había criado en la miseria en San Javier, Santa Fe. Amílcar Brusa, su emblemático entrenador, y el boxeo lo salvaron. Por su parte, Benvenuti -rubio y "tano"- ya era un playboy de la época: había conquistado la medalla de Oro en los Juegos Olímpicos de Roma en 1960 (en la división welter), se consagró campeón del mundo y hasta había participado en el cine y la TV.
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Pocos le tenían fe al santafesino, quien aún no era tan popular en Argentina: sólo su equipo creía que podía dar el batacazo. Hasta Lectoure pensaba que Benvenuti tenía más chances. Apenas un puñado de personas fue a despedirlo a Ezeiza antes de partir rumbo a Italia. Cuando llegaron a Roma, vieron cómo una multitud se agolpaba para buscar un autógrafo en un hotel donde estaba Benvenuti. Brusa le sugirió que debían pasar, para promocionar el combate. "¡¿Qué lo voy a saludar?! Si yo estoy cagado de hambre, mañana lo voy a matar", fue su respuesta, según reporta El Gráfico.
Por otra parte, contaron con la colaboración de Juan Carlos Lorenzo, quien en ese momento era entrenador de la Lazio. El Toto, un emblema de Boca, consiguió un médico, quien le infiltró las manos para la pelea (Escopeta sufrió en su carrera las consecuencias de la malnutrición en su niñez).
<b>El chispazo en el pesaje entre Monzón y Benvenuti</b>
En la ceremonia del pesaje, Nino Benvenuti pecó de inocente con un gesto hacia Carlos Monzón y generó el primer chispazo entre ambos antes del combate. "Él vino a saludarme y le di vuelta la espalda. Cuando lo sentí pegado a mí, vi que quiso acariciarme el culo con palmaditas. Giré la cintura, le clavé los ojos y bajó la mano. Creo que fue en ese momento en que se dio cuenta de lo que le esperaba. Cuando subí al ring, sentía que él era un enemigo, el que venía a robarme el pan de mis hijos. Si esa noche podía, lo mataba", aseguró Escopeta.
<b>El dominio de Monzón y el histórico KO</b>
Carlos Monzón fue de menos a más en la pelea. El boxeador santafesino fue demoliendo de a poco a Benvenuti, con su estilo característico. El italiano cada vez soportaba menos el castigo: el argentino estaba dando el batacazo en el Palazzo Dello Sport de Roma, ante 18 mil personas.
La histórica definición llegó en el round doce. "Ahora andá y liquidalo. ¡Está muerto! No da más. Apretá, Carlos, por favor te lo pido. Metete adentro y presionalo", le dijo Amílcar Brusa antes del inicio de ese round, según recuerda el periodista Ernesto Cherquis Bialo.
Escopeta salió a dejar todo en ese round: tiraba manos abajo, arriba, adonde sea. Promediando el asalto, lo llevó, lo castigó y lo remató contra una esquina: un escopetazo de derecha que desplomó a Benvenuti. El italiano se levantó como pudo, alguien de su equipo invadió el ring y el árbitro decretó el nocaut técnico. Monzón hacía historia y se consagraba campeón mundial mediano de la AMB y el CMB. A pesar de que había dominado el combate, los jueces Georges Condré (Francia) y Aime Leschot (Suiza) y el árbitro Rudolph Drust (Alemania) habían visto lo contrario y tenían arriba a Benvenuti en las tarjetas. Para la prestigiosa revista The Ring fue la mejor pelea de 1970.
Desde aquella noche, nada volvería a ser igual en la vida del santafesino. Volvió a enfrentarse a Benvenuti: lo retiró en mayo del año siguiente, en Mónaco, tras aplastarlo por KOT3. Fue el inicio del mito argentino. El récord de las 14 defensas, La Mary, las películas de spaghetti western, el romance con Susana Giménez, la amistad con Alain Delon, la fama, el dinero, el retiro, el femicidio de Alicia Muñiz en 1988, la condena (penal y social), la visita de Benvenuti en la cárcel y su trágica muerte en un accidente en una ruta en 1995: todo nació con ese escopetazo a Benvenuti hace 50 años.
