Lionel Messi solicitó una reunión con el presidente de Barcelona, Josep Maria Bartomeu, y la Junta Directiva del club con el objetivo de acordar su salida de la institución, según informó este viernes el diario deportivo Sport.
El encuentro todavía no fue pactado, pero, según consigna el periódico catalán, la intención del capitán del seleccionado argentino es pactar una desvinculación que no deje heridas en el club al que llegó hace 20 años.
El futuro de Messi empieza a convertirse en una carrera contra el tiempo. Porque el inicio de la próxima temporada del fútbol europeo está a la vuelta de la esquina: la Liga de España comenzará en dos semanas, al igual que la Premier League.
En virtud de ello, el plantel de Barcelona está convocado para este domingo en la Ciudad Deportiva de Sant Joan Despí para las pruebas médicas y los test de coronavirus previos al comienzo de la pretemporada, que arrancará el lunes bajo las órdenes del nuevo entrenador, el neerlandés Ronald Koeman.
Si Messi pretende no entrar en conflicto con la institución, deberá concretar la reunión antes de esa fecha limite o presentarse en la Ciudad Deportiva, algo que los medios españoles consideran probable, aunque cualquier conjetura es endeble en estas horas.
Cada movimiento es una jugada de ajedrez. Según el burofax que el futbolista envió al club, considerará finiquitado su vínculo el 30 de agosto (es decir, el domingo), haciendo uso de una cláusula que incluye su contrato y que le permite extinguir el vínculo al cierre de cada temporada. Ello tornaría contradictoria su asistencia a la Ciudad Deportiva para someterse a las pruebas médicas.
Pero el club considera que el pedido de libertad de acción del jugador no se encuadra en lo establecido en su contrato, pues allí se consigna que debe informar a más tardar el 10 de junio de cada año si desea terminar el vínculo. Messi y sus abogados alegan que la alteración del calendario de esta temporada debido a la pandemia de coronavirus hizo imposible esa comunicación y que todavía estaría en condiciones de ejecutar la cláusula. Seguramente ese debate se pondrá sobre la mesa cuando se concrete la reunión entre las partes.
Por lo pronto, la decisión de Leo parece no tener retorno. La oferta del presidente Bartomeu de abandonar su cargo si eso garantizaba su permanencia en el club no parece haber tenido el mínimo efecto en el jugador. Según fuentes de su entorno, el problema no es solo Bartomeu, sino que tiene unas raíces mucho más profundas, al no sentirse ya partícipe en el proyecto de Koeman.