A la espera de que Lionel Messi hable por primera vez tras el envío del explosivo burofax y mientras la diferentes agrupaciones partidarias avanzan en la moción de censura para Josep María Bartomeu, en Barcelona empiezan a dudar sobre la presencia del argentino el domingo, día en que los jugadores blaugranas deben someterse a los testeos de coronavirus establecidos po el protocolo de la Liga de España.
Si bien en un principio había trascendido que Messi diría presente en los entrenamientos para que evitar que su ausencia sea tomada como un acto de rebeldía, el entorno de Bartomeu comenzó a desmenuzar la carta documento enviada por los abogados del argentino.
Y, tras el sacudón, se percataron que el jugador puso al 30 de agosto, el domingo, como el día en el que da por finalizado su vínculo con el club haciendo uso de esta ya famosa cláusula de liberación unilateral que conmocionó al mundo del fútbol.
En consecuencia, si Messi acude a las pruebas físicas del 30 o al primer entrenamiento, un día más tarde, estaría yendo a contramano del contenido de su burofax.
Sin embargo, el club estaría en condiciones de sancionar al argentino en caso de que no acuda a la Ciudad Deportiva, ya que violaría el código interno disciplinario que impera en la Liga de España.
Una primera ausencia no es una falta grave. "No notificar al Club/Sad con carácter previo, la razón de la ausencia al trabajo, a no ser que se pruebe la imposibilidad de haberlo hecho ?y sin perjuicio de su ulterior justificación, conforme a cada caso corresponda", reza el código.
En este caso, incluso, el jugador puede argumentar que su faltazo se justifica en el contenido del burofax en el da por terminado su vínculo con el club.
Sin embargo, si no se presenta el lunes la falta ya se consideraría grave y Messi se expone a un castigo que puede ir desde la "suspensión de empleo y sueldo de dos a diez días" con importantes castigos económicos que se irán incrementando con el correr de las ausencias.
Esta claro que ni Messi ni el Barcelona quieren llegar a este escenario que igualmente, por el momento, terminará con un litigio judicial. Porque según el burofax todo está terminado para el argentino y en el club no están de acuerdo para nada con eso.
Será clave la palabra de Messi, que hasta el momento ni se mosqueó con la propuesta de Bartomeu de dejar su cargo como presidente para intentar que revierta su decisión de partir. La historia parece juzgada. El golpe que significó el 8-2 sufrido con Bayern Munich en Lisboa, la llegada de Ronald Koeman y la nula química en el primer cara a cara y la decisión de prescindir de Luis Suárez, ya inclinaron la cancha hacia la puerta de salida.
¿Cuál será el futuro de Messi? Por ahora es una enorme incógnita. No se sabe aún cuándo hablará, tampoco hay certeza si aparecerá por los entrenamientos y más difícil es saber cuál será su próximo destino. ¿Manchester City con Pep Guardiola y Kun Agüero? ¿PSG con Neymar? ¿Armará un combo con Luis Suárez con quien pasó las últimas horas? Todo es misterio por el momento.