Como muchas veces en el boxeo, la historia de Brian Arregui tiene dolor, humildad, salida a flote y herencia familiar en su Villaguay natal.
Porque perdió a su padre Raúl a los ocho años -tiene tatuado su rostro-, comenzó a boxear cuando tenía nueve años, se convirtió en papá a los 17 -su hija se llama Briana-, y ahora le dio la medalla de oro a la Argentina a los 18.
"Yo empecé por mis primos, que son boxeadores. Un día me invitaron, fui y me llamó la atención. Y desde los nueve años no lo dejé", recordó sobre sus inicios.
Por eso, Arregui se puso al hombro a su familia y la mitad de la plata de la beca deportiva la envía a Villaguay para poder construir su propia casa.
Fanático del único campeón mundial que tiene actualmente la Argentina, Brian Castaño, ahora Arregui sueña con que esta medalla olímpica le permita dar el salto hacia el profesionalismo y seguir sumando para darle un techo a su familia.