"Los países anfitriones nos han trasladado elementos nuevos que obligan a posponer el anuncio del recorrido 2019", fue el tuit de esta mañana, en la cuenta oficial del Dakar, para anunciar que el trayecto del año que viene demorará unos días más en conocerse.
Uno de los principales problemas con los que se encontró ASO en las últimas horas fue la deserción de Chile, uno de los dos países, junto a Perú, que parecían estar confirmados. Pero en las últimas horas, mediante su ministra de deportes, los chilenos desistieron de organizar el paso de la prueba por su territorio.
"Hoy las medidas de austeridad son claves y nuestra principal prioridad son los niños y adultos mayores. Próximo año no estaremos en el Dakar, esperando volver el 2020 con todo el resguardo a nuestro patrimonio cultural y medio ambiente", expresó Pauline Kantor, también por su red social Twitter.
La cuestión es que, hasta el momento, solamente Perú está confirmado para el recorrido. Las intenciones de Argentina están (ayer hasta se mencionaba que podía tener dos etapas, con Salta y Catamarca como sedes de los campamentos), pero la pregunta es: ¿cómo vendrían las máquinas desde Lima, lugar de la largada, hasta nuestro país?
Bolivia es la única opción, pero en las últimas horas, también se conoció que el gobierno de Evo Morales tampoco estaría dispuesto a pagar el canon para que la competencia pase por sus caminos (además de las fuerzas de seguridad y todo el gasto de logística que ello conlleva) y el problema de ASO se profundiza. Lo mismo ocurriría con Ecuador.
Ante esta situación, no es descabellado pensar que el rally raid dé un golpe de timón y ponga una nueva dirección en el GPS, anticipándose a lo que ya se venía hablando desde hace algunos años... ¿China? Recalculando.