París se llenó de pantallas en las calles para poder ver la final de la Eurocopa. El epicentro fue la torre Eiffel, y tras la caída de Francia, un hombre lloraba desconsoladamente hasta que lo sorprendió un nene de menos de diez años, con la camiseta de la Selección de Pritugal, que se acercó para consolarlo con un abrazo