Alemania comenzó su camino en la Eurocopa 2016 con el pié derecho. El actual campeón del mundo ratificó sus credenciales y en el debut en el torneo demostró por qué es uno de los candidatos a ganar este torneo, que le es esquivo desde hace 20 años. Igualmente, el conjunto dirigido por Joachim Löw mostró dos caras: potente y desequilibrante cada vez que tuvo la pelota pero impotente y desequilibrada cuando el balón fue propiedad de Ucrania. Es más, el 2 a 0 pareció demasiada diferencia por lo exhibido por ambos equipos.
Los primeros 20 minutos de juego fueron los mejores del conjunto alemán en el partido. Con Toni Kroos manejando los hilos desde el círculo central (compartió el doble cinco con Khedira), Alemania controlaba el juego y los de arriba encontraban los espacios en el fondo ucraniano a partir de la movilidad constante y el cambio de posiciones. En el 4-2-3-1 de Löw, Müller arrancaba recostado sobre la derecha pero metía la diagonal y terminaba siempre en el área. Gotze, moviéndose como falso nueve, intercambiaba funciones con Müller. Y Ozil, libre por el centro, se filtraba detrás de los volantes rivales para a partir de ahí conducir al equipo.
En ese lapso llegó el gol, de pelota parada. Tras un tiro libre preciso de Kroos (una redundancia), Mustafi ganó de arriba y su cabezazo terminó en la red. Con el 1 a 0, parecía un trámite pero la cosa se complicó. Ucrania adoptó una postura más ofensiva y encontró facilidades para atacar por las bandas, las zonas despobladas del sistema de juego alemán. Así llegaron las chances de gol para empatar. En una se lució Neuer, al sacar un cabezazo al corner. En la otra, Boateng demostró sus reflejos y sacó la pelota justo sobre la línea. Alemania también tenía oportunidades para el segundo pero a esa altura, el partido era parejo, de ida y vuelta.
Ya en el complemento, Alemania volvió a tomar la posesión de la pelota para ejercer el dominio del partido pero no terminó de lograr solidez en el fondo. Al final, sufrió más de la cuenta y cuando el partido se moría, lo definió con una contra letal vía Schweinsteiger, quien había ingresado minutos antes.