El Santo metió todos los tiros penales y, como no podía ser de otra forma, recurrió a una genialidad de su arquero Sebastián Bértoli. Y él no falló: en la sexta ejecución, se tiró hacia su derecha y, en el camino, se encargó de decretar el ascenso de su equipo ante la atónita mirada de Gáspari, jugador de Santa. Así y ante 22.000 personas, el Santo gritó el ansiado ascenso a Primera, dónde por historia, el Seba Bértoli fue el gran héroe.
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