Se mataron a goles en Chiclayo durante el primer tiempo. No iba media hora y lo que se suponía un partido más cerrado por la obligación de Juan Aurich ante los suplentes de Tigres, fue un ida y vuelta constante que bien podría haber finalizado 3 a 3 o 4 a 4. Por lo pronto, Enrique Esqueda abrió el encuentro para los aztecas con un remate que parecía centro desde la izquierda y se metió por encima de Pedro Gallese, quien solamente pudo mirar cómo ingresaba la pelota en el ángulo.
Al instante, el local empató con un tiro libre de Germán Pacheco, quien le dio desde lejos, el balón se desvió y finalizó en el fondo del arco de Enrique Palos. A esta altura, la cancha de River era una fila de hinchas que pasaban de la alegría a la tristeza y de la desesperación a la ilusión, porque nuevamente Esqueda apareció para Tigres, que aprovechó un descuido de la defensa local y anotó el 2 a 1 cuando su atacante gambeteó a Gallese sin muchos problemas y desde la izquierda definió cruzado con el arco vacío.
Tigres tenía todo para ampliar, pero Juan Aurich fue a buscar el empate y con Pacheco de protagonista comenzó a inclinar la cancha. Los córners del jugador argentino eran un problema para Palos, que igualmente pudo mantener la ventaja (el travesaño y el palo lo ayudaron también). Sin embargo, a poco del final de la etapa inicial, Luis Tejada logró romper por el medio de la defensa y pudo convertir el 2 a 2 que emparejó el trámite. Y encima, como si esto fuera poco, los peruanos convirtieron el tercero, pero el mismo fue anulado por un fuera de juego previo.
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