En el marco de la segunda jornada del juicio por el envenenamiento de cinco recién nacidos en el Hospital Neonatal de Córdoba, Brenda Agüero, la enfermera acusada de los homicidios, ratificó su inocencia y rechazó las acusaciones en su contra. Además de enfrentar la acusación por las muertes de los bebés, Agüero está imputada por intentar asesinar a otros ocho niños y está siendo juzgada junto a diez exfuncionarios del hospital.
En su declaración, Agüero insistió en que “no podría haber hecho daño a un niño”, y destacó que el amor por su profesión y el esfuerzo que le costó ingresar al hospital Materno Neonatal fueron la razón de su vocación. “Trabajé en Neonatología con niños en el Sanatorio Allende y nunca tuve un problema. No tiene lógica que de repente, sin antecedentes, se me acuse de algo tan grave”, subrayó.
Durante el juicio, la acusada explicó que, tras la mediatización del caso, sufrió agresiones en la cárcel de Bower, donde permanece detenida desde 2022. Aseguró que la cobertura mediática ha creado una imagen distorsionada de ella. “Nunca fui una paciente psiquiátrica, me hicieron ocho pericias y en ninguna salió nada que lo corroborara”, agregó. Además, señaló que los periodistas crearon una falsa narrativa sobre su persona. “Me han inventado una imagen de asesina serial que no existe”, declaró.
Agüero relató con calma cómo llegó a trabajar en el hospital Materno Neonatal, un sueño que terminó siendo su pesadilla. “Fue muy difícil entrar, pero lo logré. Me enamoré del hospital y ahora esa misma pasión me arruinó la vida”, comentó, lamentando que ese lugar, al que tanto deseaba pertenecer, se convirtió en el epicentro de su tragedia.
En cuanto a su formación, la enfermera explicó que está estudiando abogacía en la cárcel y mencionó sus buenas calificaciones. “Este es el camino que elegí para defenderme”, aseguró. También aclaró que los archivos encontrados en su celular sobre la aplicación de potasio provenían de materiales compartidos con una compañera del Sanatorio Allende y que nunca utilizó prendas largas para ocultar inyecciones.
A lo largo de su declaración, Agüero defendió su integridad y su deseo de trabajar en Neonatología. "Hoy no podría volver a estar en contacto con niños", expresó, destacando que este juicio ha marcado un "antes y un después" en su vida. La enfermera también denunció que la imagen construida por los medios de comunicación ha sido crucial en el proceso judicial en su contra, indicando que nunca hubo pruebas que respaldaran las acusaciones de ser una persona peligrosa o una asesina.
