

REDACCIÓN ELONCE
Un estudio privado reveló que renovar la industria textil en Argentina es hasta un 118% más caro que en países como Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay. En algunos casos, la misma prenda puede costar hasta dos veces más en Argentina. La diferencia es notable, por ejemplo, un jean que en Brasil cuesta 63 dólares y en Chile 50 dólares, en la Argentina, vale 123 dólares. Un par de zapatillas que en Brasil se vende a 181 dólares y en Chile a 124 dólares, acá se consigue a 230 dólares.
Los altos precios en Argentina se deben a varios factores, como la alta presión tributaria, con impuestos que representan más del 50% del precio de una prenda. Además, los costos financieros por el pago en cuotas y los alquileres de locales comerciales también impactan en los precios finales.
En respuesta, el gobierno nacional anunció una reducción de aranceles para la importación de ropa, calzado y telas, buscando reducir los precios y aumentar la competencia. Los aranceles de ropa y calzado bajarán del 35% al 20%, y las telas del 26% al 18%.
Sin embargo, el sector textil local se muestra preocupado, alertando sobre la competencia desleal que podrían generar los productos importados a precios más bajos, lo que podría poner en riesgo el empleo formal en el sector.
La pregunta que surge en este contexto es: ¿cómo equilibrar la necesidad de hacer la ropa más accesible con el apoyo a la industria local y el empleo?
Diego Gómez, gerente de ventas de la Cooperativa de Trabajo del Centro (CTC) y Marcos Mendoza, gerente general de Axfiu, fueron los invitados a El Ventilador, que se emite de martes y jueves de 21:30 a 23:00 horas por Elonce.
En primera instancia, Gómez destacó: “La cooperativa nuestra hace 20 años que está en el mercado en Paraná y nos especializamos en la ropa para las Fuerzas Armadas, es ropa específica y con cierto tipo de requerimientos. Estamos entrando hace un par de años en lo que es indumentaria para la oficina de empresas. En ese contexto, lo que tenemos en cuenta es lo que está pasando ahora, que claramente no nos beneficia. En el caso nuestro, al vender indumentaria específica, tenemos auditoría, controles, impuestos y eso nos baja. Cuando competís con industrias de afuera, no sabes si tienen los mismos controles que nosotros y lo que tienen que abonar. Te sentís en desventaja. Hay un montón de cosas que hace a la industria que hace que tengas la desventaja sabiendo que inclusive en el mismo país hay talleres clandestinos que fabrican para grandes marcas. Lo que nosotros apuntamos es que sea un poco más parejo y ahí se va a equilibrar los precios”.

Mendoza, por su lado, precisó: “Nosotros, que somos los fabricantes, están los que fabrican las telas a nivel nacional y nosotros consumimos todo porque en este país siempre pasa lo mismo: cambian los políticos y nos cambian siempre las reglas de juego. Nosotros, los clientes, no podemos estar cambiándole la ropa. No puedo ir a comprarle la ropa a China. Axfiu, de repente, sale con otros cortes totalmente diferentes porque ya la gente nos conoce y tampoco tenemos la certeza de que lo que compramos afuera sea bueno. Hay un montón de gente que va a abrir los contenedores y se va a encontrar con lo mismo, que todos compraron lo mismo. Si querés hacer las cosas en serio y a largo plazo, siempre es mejor consumir industria nacional”.
Luego hizo una apreciación de lo que ocurre en Paraná: “Nosotros que vivimos en el día a día, hay que pensar porque los alquileres tenemos precios de Buenos Aires. Por ahí se hace muy cuesta arriba cuando las valoraciones de los impuestos son excesivas”. Luego recalcó: “Si nos ponemos a evaluar los costos, es muy alto”.
Posteriormente, comparó el gobierno de Alberto Fernández con el de Javier Milei: “Si evaluamos el gobierno saliente y el reciente, en el anterior estábamos más o menos igual. Había que recargar mucho por la parte inflacionaria y no sabíamos a qué precio estábamos vendiendo. Hoy tenemos otras complicaciones, pero tenemos una inflación estable que permite que podamos afrontar los costos de otra forma”.
Asimismo, Mendoza amplió la importancia de algunas ferias con precios accesibles para la sociedad: “Lo he podido ver de cerca y es agradable, es bueno y para el sector textil no le significa nada. Somos productores a gran escala, pero siempre esta sintonía de que esté con la ropa y la renovación produce mucho desperdicio. La ropa es una necesidad, que se consume a gran escala y está bueno que haya gente que se la rebusque, que intervenga y que tome conciencia”.
Gómez, por su parte, comunicó: “A nosotros lo que nos pasa dentro de la economía social que aprovechamos mucho lo que es la atención en los clubes, colaborando, ayudando y hacemos prendas al por mayor, que no se comercializa en el mercado porque son prendas especiales. Colaboramos con el barrio y con lo que nos queda colaboramos con la unidad penal”.
“En el mundo de la ropa hay un sinfín de negocios. Hay muchos comerciantes y conozco un par de la peatonal y el shopping que invierten mucho en la industria nacional, chequean a largo plazo y es una apuesta muy grande lo que ellos hacen, comprometiéndose con la propia industria”, cerraron.