Un informe del Servicio Meteorológico Nacional da cuenta que <b>desde agosto de 2019, las provincias del noreste argentino (Formosa, Chaco, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes y Misiones) vienen experimentando anomalías negativas mensuales de precipitación</b>. Destaca que en cada uno de estos puntos del país llovió por debajo de lo esperado de acuerdo a la media del periodo 1981-2010.
Sin embargo, desde comienzos de 2020, <b>esta tendencia se acentuó y la situación al terminar el cuarto mes del año muestra una sequía que en algunas regiones llega a ser extrema</b>.
En enero, solo el sur de la Mesopotamia presentaba menores precipitaciones de lo normal, pero con el correr del tiempo, la región impactada se fue extendiendo hasta otras provincias como Salta o Santiago del Estero. Es importante resaltar que las precipitaciones deficitarias afectan a toda la cuenca del Plata, que incluye a Brasil, Paraguay y Uruguay
<b>Las causas</b>
El documento del SMN advierte que si bien hay muchos elementos que entran en juego en una situación como esta, una de las posibles causas que analizan en la Dirección Central de Monitoreo del Clima del SMN, <b>es la Zona de Convergencia del Atlántico Sur (ZCAS) muy activa en los últimos meses. Se trata de uno de los sistemas más importantes en la determinación climática sobre Sudamérica. Sus precipitaciones alimentan la Amazonía, por lo que países como Brasil, Paraguay, Uruguay, Guyanas, el norte de Argentina, dedican sus análisis a este sistema,
"Esta importante característica climatológica aparece en nuestro verano y se extiende a lo ancho del subcontinente, con sentido noroeste-sudeste, por lo que afecta los patrones de lluvias de todo Sudamérica. Su ubicación e intensidad determinan zonas donde el aire puede ascender (asociado a precipitaciones) o descender (sequía)", añade el informe.
Agrega que "si a este evento se le añaden otros como la generación de ondas en las atmósfera con origen en el oeste del océano Índico, las condiciones pueden verse reforzadas. A través de una teleconexión, este tren de onda es capaz de viajar hasta nuestra región y acentuar las condiciones para que no se formen nubes y se imposibiliten las lluvias".
<b>Los ríos, los más afectados</b>
Las consecuencias de un periodo tan largo con lluvias menores a las normales ya son visibles. Pero quizás una de las postales más significativas de esta situación que atraviesa actualmente el noreste argentino sea la bajante extraordinaria de los ríos de la región.
Las anomalías negativas de precipitación en el sur brasileño tienen un efecto directo en el gran déficit de los caudales de algunos de los ríos más importantes de nuestro país, como el Paraná, el Paraguay, el Iguazú y el Uruguay. Los cuatro se encuentran por debajo de sus niveles normales.
<b>Un comienzo del invierno más seco de lo normal</b>
De acuerdo al pronóstico climático trimestral para los meses de mayo, junio y julio, se espera que gran parte de la región afectada, en especial la Mesopotamia, presente precipitaciones menores a la media de este periodo. En el caso de Santa Fe, Chaco y Formosa, no hay ninguna categoría (superior, normal o inferior) que tenga mayor probabilidad de ocurrencia.
<b>Indicadores para detectar la sequía</b>
Para monitorear los eventos de exceso o déficit de lluvias, el Centro Regional del Clima para el Sur de América del Sur (CRS-SAS) desarrolló el Índice de Precipitación Estandarizado (IPE). Utilizando el indicador que tiene en cuenta el acumulado en los últimos nueve meses (septiembre 2019 a abril 2020), se ve que prácticamente todo el norte argentino presenta condiciones de sequía moderada a severa. El norte misionero y el este de Formosa, sin embargo, presentan una situación aún más severa.</b>