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Estos terrenos son los que recientemente fueron declarados de interés para utilidad pública y sujeto a expropiación por el Concejo Deliberante de Paraná, en respuesta a al reclamo de organizaciones vecinales para que sean incorporados al acervo de la ciudad. Este proceso se aceleró, precisamente, porque a los lotes se les plantó “bandera roja” y su destino podía ser incierto al cambiar de manos. Así, en la Legislatura provincial ingresaron dos proyectos para la adquisición de estos inmuebles cuyo futuro, ante este giro en los acontecimientos, quedó encerrado en signos de interrogación.
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En las últimas horas, la puja había alcanzado la suma de $49.679.231, unos 35.000 dólares a la cotización del día de la fecha, una cifra muy lejana a los u$s 3,2 millones en la que fue cotizado oficialmente el terreno.
Esta disparidad de precios había levantado polémica por aquella tasación realizadas en un frustrado intento por sancionar una ordenanza para poder allanar la posible expropiación de las parcelas y que finalmente se aprobó este año, publicó ERA VERDE.
Así las cosas, tras completar el depósito necesario para saldar deuda, intereses, comisiones de martilleros y abogados, la jueza Correnti hizo lugar a la suspensión de la subasta y ordenó la publicación de su decisión en el sitio oficial de subastas por “pago del precio”.