Los ocho rugbiers acusados del homicidio de Fernando Báez Sosa recibieron este miércoles la visita de sus familiares antes de conocer el veredicto del próximo lunes y si serán condenados, o no, a prisión perpetua.
El encuentro con los allegados fue en la Unidad 6 de Dolores donde están alojados los acusados desde el 1° de enero pasado para estar cerca de los Tribunales donde se los viene juzgando desde ese momento.
Los rugbiers están detenidos temporalmente hasta que finalice el juicio, lo cual está previsto para el próximo lunes donde se conocerá si son o no condenados a prisión perpetua tal como pidieron la Fiscalía y la querella, representante de los padres de Fernando.
Todos los miércoles de enero recibieron la visita de sus familias en el penal que está ubicado a unas diez cuadras de los Tribunales. Allí también fue varias veces Hugo Tomei, el abogado de los ocho acusados, para planificar el desarrollo del juicio y hasta el día previo a lo que fue la declaración indagatoria de la mayoría de los imputados, el 18 de enero pasado.
Previo a estar alojados en Dolores, los ocho implicados por el crimen venían con prisión preventiva alojados en el penal de Melchor Romero y aún no está confirmado si luego de un eventual veredicto condenatorio, volverán a ese lugar.
Este último punto es un asunto que mantiene en vilo al Servicio Penitenciario Bonaerense debido a que los ocho permanecen aislados del resto de la población carcelaria ante el temor de que sean agredidos, a tal punto que no solo están en un lugar aislado sino que el poco tiempo de aire libre que se les concede también lo hacen en soledad.
También fue motivo de queja por parte de la defensa las condiciones de detención en Melchor Romero porque, según planteó, se les da poco tiempo diario en el patio justamente por las estrictas condiciones de seguridad que hay en torno a ellos y para evitar la agresión de otros detenidos.
En el penal de Dolores también permanecen aislados y hace poco hubo un operativo donde se les secuestró los celulares a Blas Cinalli y Enzo Comelli, a raíz de un supuesto uso indebido porque habrían interactuado con cuentas de la red social Instagram que los apoyan ante la llegada del veredicto.
Los celulares en la cárcel fueron otorgados durante la pandemia de coronavirus y para que los detenidos no pierdan el contacto con sus familiares, pero el uso de las redes sociales les está prohibido y, ante la sospecha, es que se les quitaron sus equipos.