Un jurado popular de Paraná comenzará a juzgar desde el viernes 31 a Celso Bautista Britte, acusado por el presunto delito de homicidio triplemente agravado por el vínculo que lo unía con la víctima, por alevosía y por ser en contexto de violencia de género, en perjuicio de Graciela Retamar. La mujer, de 47 años, murió el 18 de marzo de 2015 producto de las heridas sufridas por la acción del fuego.
La jueza técnica será Matilde Federik y el juicio está previsto que inicie a las 9. Durante las audiencias, los jurados escucharán dos tesis: por un lado la de la Fiscalía, que sostiene que Britte roció con alcohol a Retamar y que le prendió fuego cuando estaba acostada; por el otro, la teoría de la defensa, que desde el inicio de la investigación asegura que fue un suicidio y que la mujer sufría depresión.
La causa fue elevada a juicio en febrero de este año por el juez de Garantías José Eduardo Ruhl. En ese entonces, el fiscal Ignacio Aramberry sostuvo que la víctima atravesaba una relación signada por la violencia de género. Para argumentar su postura, señaló que los testimonios del entorno familiar de Retamar dan cuenta que sufría violencia física y psicológica.
Antes del inicio formal del debate, este jueves se realizará la audiencia de selección del panel definitivo del jurado popular, también denominada voir dire.
El caso
Graciela, de 47 años, se desempeñaba como ordenanza de la escuela N°75 del Bicentenario y murió el 18 de marzo de 2015 en Buenos Aires luego de sufrir graves quemaduras en varias partes de su cuerpo.
Las crónicas policiales de entonces dieron cuenta que el 12 de marzo la mujer habría rociado su cuerpo con alcohol y se habría prendido fuego. Incluso su pareja, con la cual convivía bajo el mismo techo en barrio Mitre, hizo una presentación en la Comisaría Sexta denunciando que se trataba de un intento de suicidio. Sin embargo, las tres hijas de Graciela descreyeron de esta versión y alentaron la sospecha de que se estaba ante un nuevo femicidio.
Con quemaduras en el 70% de su cuerpo, Graciela recibió atención médica en el hospital San Martín, pero debido a su delicado estado de salud tuvo que ser derivada al Sanatorio Güemes de Buenos Aires. Para ese operativo era necesario un avión sanitario, que nunca llegó. Finalmente, la mujer fue trasladada en una ambulancia, pero falleció en el trayecto producto de un paro cardiorrespiratorio.
