REDACCIÓN ELONCE
Una reliquia de Juan Pablo I, beatificado por el milagro de Paraná, arribó este viernes a la Catedral Metropolitana de Paraná, de la mano del padre José Ignacio Dabusti. Tras la celebración de la misa por el arzobispo de Paraná, monseñor Juan Alberto Puiggari, está prevista una caravana y procesión náutica hasta la parroquia Inmaculado Corazón de María, de Bajada Grande, donde se realizará la entronización.
“El beato Juan Pablo I, el papa de la sonrisa, con un pontificado muy breve -de 33 días-, es el autor de un milagro en Bajada Grande con una niña de 11 años, Candela Giarda, quien milagrosamente por intercesión de Juan Pablo I, hoy beato, recuperó su salud y es una joven maravillosa”, sintetizó a Elonce el sacerdote José Dabusti. Y continuó: “Después de un largo estudio, se aprobó el milagro que lo llevó a la beatificación en 2022”.
Qué es la reliquia de Juan Pablo I que arribó a Paraná
En relación a la reliquia, el cura párroco explicó que se trata de “una tela de la sotana blanca que el Santo Padre utilizaba en sus actividades, la que se reservó para que sea recibida en la Catedral Metropolitana de Paraná”.
En la oportunidad, el cura explicó cuál es vinculación con el milagro. “En 2011, la parroquia cercana donde estaba internada Candela, era frecuentaba por su madre, Roxana, y juntos rezamos el día que la niña ya fallecía porque no tenía recuperación posible”, repasó al revelar: “La inspiración del espíritu me hizo pedir intercesión de Juan Pablo I por la recuperación de Candela”.
“En la terapia intensiva de Fundación Favaloro, le propuse a su mamá que rece a Juan Pablo I, pero ella no sabía quién era en ese momento; rezamos juntos y, a partir de ese día, Candela se fue recuperando”, aseguró Dabusti, quien hoy preside la parroquia “Ntra. Sra. de las Mercedes” de Belgrano, en Capital Federal.
Consultado al sacerdote por qué la vida de Candela fue encomendada a Juan Pablo I, éste contó: “A partir de mis 13 años, cuando él fue elegido, tomé un gran cariño hacia su persona porque me parecería muy humilde y con una profunda alegría. Después de su fallecimiento, interiormente, el cariño se transformó en una devoción privada personal, porque le rezaba mucho cuando tenía que discernir mi vocación”.
“Es una gracia enorme”
Por su parte, el obispo Juan Alberto, ponderó que “es una gracia enorme” el contar con una reliquia de Juan Pablo I. “Para los cristianos, la reliquia es un recuerdo de una persona como nosotros, con todas las dificultades que tiene un hombre, pero que supo vivir una vida heroica al servicio de Dios y sus hermanos”, fundamentó.
Durante la celebración, estuvieron presentes representantes de la comunidad educativa de una escuela de Santa Elena, que lleva el nombre de Juan Pablo I. una de sus integrantes explicó a Elonce que se eligió ese nombre “porque hacía poco había fallecido y estuvo por poco tiempo en su pontificado”.