Un reciente estudio realizado por el Dr. Martín Blettler, biólogo del Instituto Nacional de Limnología (INALI) y del CONICET, reveló por primera vez en Argentina la presencia de microplásticos en el aire de la ciudad de Paraná. Este hallazgo, publicado en el marco de la fundación Cauce, subraya la creciente preocupación por los impactos ambientales de los microplásticos, que ya no solo afectan al agua y al suelo, sino que también están presentes en el aire que respiramos, lo que puede tener consecuencias graves para la salud humana.
En diálogo con Elonce, Blettler explicó los detalles del estudio. "Podemos afirmar que los microplásticos atmosféricos están en Paraná y se han encontrado en diversas concentraciones en la ciudad. Estimamos que la media de partículas de microplástico que se precipitan es de unos 130 por metro cuadrado por día", explicó. Además, el estudio midió los microplásticos en suspensión en el aire, que alcanzan alrededor de tres partículas por metro cúbico de aire. Teniendo en cuenta que una persona respira unos 12 metros cúbicos de aire por día, esto implica que cada habitante de Paraná podría estar inhalando más de 30 microplásticos diariamente.
Consecuencias para la salud
Las implicaciones para la salud humana de la presencia de microplásticos en el aire pueden ser graves. Según Blettler, las consecuencias dependerán de las concentraciones de microplásticos a las que las personas estén expuestas. Entre los posibles efectos negativos, se destacan problemas en el sistema endocrino, el sistema inmunológico y respuestas inflamatorias en los pulmones. Además, la acumulación de microplásticos en el organismo ha sido vinculada a un mayor riesgo de desarrollar cáncer, especialmente debido a la ingestión de estos contaminantes a través del aire y el agua.
Detalló que “los microplásticos llegan al aire principalmente a través de basurales a cielo abierto”, lo que pone de relieve una grave deficiencia en la gestión de residuos sólidos y urbanos en la ciudad. Los minibasurales dispersos por diferentes puntos de Paraná, así como el gran basural conocido como "el volcadero", son algunas de las fuentes principales de estos contaminantes. Estos microplásticos se desintegran y se esparcen por el aire, agravando la contaminación ambiental.
Blettler dijo que “es fundamental que se realicen acciones tanto grandes como pequeñas para reducir la cantidad de microplásticos en el medio ambiente. La gente puede empezar por educarse, investigar y proponer soluciones"-
