

Aunque sin duda seguimos empleando las tarjetas bancarias de forma habitual para hacer pagos en todo tipo de comercios físicos –sobre todo en grandes establecimientos y en los shoppings–, quizá donde más está extendiéndose su uso es en las compras online. La comodidad de hacer cualquier tipo de compra desde casa y recibir nuestros productos a menor precio en solo unos días está impulsando cada vez más el e-commerce en Argentina.
Esto añade una preocupación extra en materia de seguridad financiera, porque ahora el robo de tarjetas bancarias también puede producirse de forma digital. Hace unos años solo teníamos que preocuparnos por guardar bien nuestra billetera cuando salíamos de casa, pero ahora tenemos que aprender toda una serie de técnicas de seguridad digital para impedir el robo de nuestras tarjetas en internet… o mediante la tecnología ‘contactless’.
Así podés proteger tu tarjeta
Seguro que ya sabés cómo mantener tu tarjeta del banco a un recaudo cuando salís a hacer compras o mientras estás en casa. Por eso ahora vamos a mostrarte los pasos que tenés que dar para protegerla de manera digital, y esto también incluye adoptar medidas para impedir el robo de los datos de tu tarjeta empleando datáfonos NFC. Vamos a comenzar por el problema del NFC en primer lugar.
Evitá el escaneo de tarjetas con NFC
La mayoría de tarjetas bancarias actuales incorporan un sistema de escaneo NFC que nos permite hacer pagos simplemente acercándolas al datáfono. Esto agiliza mucho las compras y favorece la durabilidad de la tarjeta, pero también supone un riesgo considerable. La facilidad de escaneo del sistema 'contactless' permite el robo de las tarjetas con un datáfono NFC portable: basta con que alguien te lo acerque al bolsillo para leer la tarjeta y forzar un pago.
La solución pasa por guardar las tarjetas en una billetera metálica. El metal que recubre la billetera impide el paso de las ondas del escáner, con lo que este sistema de robo ya no funcionará. Se trata de una inversión de muy pocos pesos que puede ahorrarnos muchísimo dinero y más de un disgusto.
Limitá la exposición de tu tarjeta online
A la hora de hacer pagos por internet, es necesario proteger la tarjeta mediante un enfoque un tanto más diverso. La solución más práctica –y la primera que deberías implementar– pasa por emplear una tarjeta bancaria que no tenga apenas dinero vinculado para hacer tus compras online. Si tenés que comprar algo que cuesta 20 dólares, cargá no más de 25 en la tarjeta. De este modo, apenas perderás nada si alguien roba sus datos en internet. Simple y eficaz.
Además de esta solución, es muy importante que adoptes otras medidas de seguridad complementarias. Por ejemplo, muchas aplicaciones de banca online te dan la opción de activar o desactivar los pagos digitales de la tarjeta. Mantenelos desactivados siempre que no tengas previsto usarla, y, si es posible, añadí un sistema de verificación en dos pasos en la app para proteger todavía más tus transacciones.
Protegé tus dispositivos informáticos
Finalmente, también te conviene prestar mucha atención a la seguridad digital de los dispositivos desde los que haces tus compras… y desde los que gestionás tus apps del banco. Esto es especialmente importante, porque cualquier vulnerabilidad en estos dispositivos podría dar lugar al hackeo no solo de tus tarjetas, sino de también de tus cuentas bancarias. Por eso es importante contar con aplicaciones antimalware y herramientas de cifrado VPN.
Las aplicaciones antimalware son esencialmente los antivirus de toda la vida, así que seguro que los conocés. En cuanto a las VPN, son herramientas de cifrado del tráfico online que impiden filtraciones de datos al navegar por internet. Si todavía no tenés una, podés comenzar a usar CyberGhost VPN con su prueba gratuita, y después activar el servicio de su suscripción anual para mantener tu conexión siempre a salvo.
Prestá especial atención al phishing
A todas estas medidas de seguridad digital hay que añadir la importancia de prestar atención a los posibles ataques de phishing. El phishing es un término que hace referencia a cualquier tipo de estafa digital donde un hacker se hace pasar por quien no es, por ejemplo pretendiendo ser tu propio banco o una tienda online donde tal vez hayas hecho alguna compra. Su objetivo es engañarte para robar tus datos de pago o tus contraseñas de acceso.
Por eso deberías mantener siempre una actitud prudente ante posibles mensajes de este tipo. El hacker puede tratar de contactarte mediante correo electrónico o a través de aplicaciones de mensajería, y pedirte dinero o una supuesta ‘confirmación’ de tu contraseña bajo cualquier pretexto. ¡No caigas en estas trampas si querés mantener tus datos bancarios a salvo!