Silvina Luna murió el 31 de agosto y pocos días después una foto suya se exhibió en la muestra “Un lento venir viniendo”, en el Instituto Tomie Ohtake de San Pablo, Brasil.
La muestra expone obras de la Colección Oxenford, curada por Mariano Mayer. En una de las fotos se puede ver a Silvina Luna recostada y con los ojos cerrados. Se trata de una imagen del año 2005, tomada por Rosana Schoijjeit, en Mar del Plata, mientras Silvina realizaba una producción para la revista Hombre.
“Al terminar la sesión preguntaba al retratado si podíamos hacer unas fotos juntos. Luego le pedía al periodista o a quien estuviera cerca que realizara varias tomas respetando los ángulos del encuadre que le marcaba previamente. Cuando recién empecé con esta serie las fotos eran muy parecidas, posábamos abrazados y sonriendo a cámara, como cualquier fan con su ídolo. Para cuando se juntaron varias fotos con la misma pose, ya era hora de jugar un poco más. Así sumé el pedido de que no sonrieran y que no me abrazaran mientras buscaba nuevos rincones para ubicarme”, contó la fotógrafa a TN.
“La circulación que está teniendo esta imagen por un lado me halaga, pero por otro me inquieta, me cuestiona como fotógrafa. Cuando estoy retratando para una publicación, siento como si tuviera un chip incorporado que me lleva a rejuvenecer o adelgazar a quien posa delante de la lente mediante un tipo de iluminación o poses específicas que disimulan lo que no encaja en ese molde tácito”, reconoció la artista.
Rosana hizo una autocrítica porque las imágenes son “espejos en los que la sociedad se mira, se mide, se siente en falta, y como consecuencia de esta incongruencia altera su cuerpo para sintonizarlo con ese reflejo”.
Cuando Silvina Luna posó para la foto, tenía 25 años, ya comenzaba a conocer la fama y todavía no había pasado por las manos de Aníbal Lotocki. (NA)