Jenifer Lauría fue la elegida por el público de Telefe con el 57,4% de los votos para volver a la casa de Gran Hermano como reemplazo de Andrea Lázaro, la jugadora que abandonó la competencia por cuestiones de salud.
“No voy a dar los porcentajes de los demás porque no es el repechaje oficial y cuando se defina quién entra, los demás en unas semanas van a tener que medirse nuevamente para ver quién regresa”, comunicó Santiago del Moro apenas iniciada la emisión del programa del 13 de enero.
“Voy a ir por todo”
Tras dar a conocer que el público eligió a Jenifer para que reemplace a la personal trainer, el conductor informó que el regreso sería con una placa que reza “el supremo se manifestó” y mediante la puerta giratoria.
Obviamente Jenifer no puede llevar información del afuera hacia la casa. “Imagina que tu vida arranca desde que entrás por la puerta giratoria. La casa no te espera, esto es una sorpresa”, le recomendó Del Moro a la jugadora para que no termine expulsada como Juliana Díaz o Isabel de Negri en ediciones anteriores.
“Voy a ir por todo”, afirmó la morocha, sin esclarecer lo que sucedería con Giuliano Vaschetto o Chiara Mancuso.
Cómo la recibieron
Entre quienes la recibieron estuvieron Giuliano, con quien mantuvo un fugaz romance en su primera estadía en la casa; y Chiara, su “amiga”, quien mantuvo una relación con el muchacho en cuestión desde entonces y hasta ahora.
Si bien había dudas sobre qué podía pasar, Jenifer pareció no dudar en darle un beso en la boca a Giuliano, aunque no se sabe cómo seguirá esta relación, ya que ella había anticipado una especie de revancha, tanto con él como con Chiara.
Sin embargo, tras el “piquito”, Giuliano la fue a abrazar, y la ahora nueva participante hizo la seña de un puñal en la espalda.
En tanto, la cara la Mancuso pareció decir mucho: entre la alegría y emoción de sus compañeros, la hija del exfutbolista no pudo ocultar su posible malestar por este reingreso. (Con información de Telefe y NA)