En 2024, Argentina experimentó una notable disminución en el consumo de alimentos y otros bienes, como resultado de algunas medidas implementadas en el primer año del gobierno de Javier Milei, cuyo objetivo fue lograr una estabilización macroeconómica. A lo largo del año, se evidenciaron diversas fases que reflejaron los efectos de estas decisiones en las compras de los argentinos. En el primer trimestre, la inflación aumentó y se mantuvo en niveles de dos dígitos, aunque con una disminución progresiva: enero alcanzó un 20,6%, febrero 13,2% y marzo 11%.
Para alcanzar el equilibrio fiscal, el Gobierno recortó subsidios al transporte y la energía, eliminó beneficios para sectores de ingresos medios y altos, redujo las transferencias a las provincias, puso fin a los controles de precios sobre una canasta de productos básicos y flexibilizó las condiciones para importar productos de consumo masivo. Este escenario resultó en una fuerte caída del consumo, que llegó a una baja aproximada del 30% en las ventas de supermercados, autoservicios y comercios minoristas de diversos rubros. A partir de abril, la inflación empezó a disminuir, llegando al 2,7% en octubre según el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC.
Impacto de las medidas en los distintos sectores
Las medidas implementadas hasta la fecha provocaron un reacomodamiento tanto en la disponibilidad de productos como en los precios en las góndolas. Según los datos del IPC de octubre, los alimentos, bebidas y transporte aumentaron un 1,2%, por debajo del promedio general; sin embargo, el sector de vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles fue el que registró el mayor incremento, con un aumento mensual del 5,4%.
A lo largo del año, se observó un ajuste en los hábitos de compra de los hogares, que redujeron su presupuesto para supermercado, ropa, recreación, entre otros, debido al incremento de tarifas y servicios que afectaron más las cuentas de los hogares, mientras que los salarios no lograron seguir el ritmo de la inflación del primer trimestre. En los primeros tres meses del año, la pobreza alcanzó cerca del 55% de la población. Sin embargo, hacia el último trimestre, se comenzó a notar una desaceleración en la caída del consumo. Las ventas minoristas de pequeñas y medianas empresas (pymes) crecieron por primera vez en el año, con un aumento interanual del 2,9% en octubre, aunque acumulan una disminución del 13,2% en los primeros diez meses.
En el sector de consumo masivo, al inicio del año se registró una caída de alrededor del 30% en las compras de las cuatro categorías principales: alimentos, bebidas, higiene personal y limpieza. Sin embargo, según los datos de Nielsen y Scentia, esta caída ya tocó fondo y se encuentra en torno al 15%.
Proyecciones para el próximo año
Para 2025, se espera una recuperación parcial de lo perdido en 2024, aunque varios factores podrían limitar esta recuperación, como el aumento de precios en bienes inelásticos (lo que absorbe la recuperación de ingresos reales debido a los gastos en servicios públicos) y la caída de los ingresos. El consumo masivo sigue siendo restringido, con señales de una recuperación muy gradual y una competencia creciente de otros sectores. Juana Merlo, titular de la consultora ShopApp, afirmó que los consumidores han ajustado sus hábitos: ahora compran en menores cantidades, buscan promociones y precios competitivos, y están más dispuestos a explorar opciones de marcas propias o alternativas con buena relación calidad-precio.
Merlo también indicó que, para economistas y empresarios, "lo peor ya pasó", debido a la desaceleración de la inflación, lo que genera expectativas de una mejora en los ingresos reales, aunque no se espera un "rebote rápido".
Por su parte, Javier González, líder comercial de NielsenIQ, señaló que el consumo podría caer un 17% en 2024, principalmente en las categorías de bebidas (con una caída del 20%), cuidado personal y limpieza (aproximadamente 16%) y alimentos (alrededor del 15%). En cuanto a las proyecciones para 2025, González anticipa una recuperación del consumo en torno al 3%, impulsada principalmente por la base de comparación del año anterior, con los primeros datos positivos esperados entre marzo y abril. (Con información de Ámbito)