El partido que se había transformado en tema casi exclusivo de las charlas en cada bar, en cada oficina, en cada transporte público durante las últimas 96 horas terminó resolviéndose en apenas cinco minutos y del modo más previsible: en el estadio de Defensores de Belgrano y a puertas cerradas, Deportivo Riestra sostuvo la ventaja de 2 a 0 sobre Comunicaciones que había construido el domingo en su casa, antes de que una invasión de campo derivara en la suspensión del juego, y aseguró así su ascenso a la Primera B Nacional.
Con las tribunas del Juan Pasquale desiertas, con un operativo policial que le costó 39.600 pesos a Riestra y con la extrañez de un duelo minúsculo de 300 segundos (divididos en dos tiempos de 180 y 120 cada uno), los dos equipos interpretaron los roles que era previsible que cada uno actuaría: el conjunto de Agronomía, que se había impuesto 1 a 0 en la ida, a la carga por ese gol que le diera acceso a la definición por penales; el de Villa Soldati, a sostener la renta que le daban los goles de Nahuel Benítez (de penal) y Mauro Ortiz.
Antes de estos cinco minutos y desde el escándalo del domingo, un océano de palabras había bañado este duelo. Las críticas al proceder de la dirigencia y el plantel de Riestra, a los que se acusaba de planear la invasión de campo, encabezada por el jugador Leandro Freire (no había sido convocado para el cotejo), para forzar la suspensión; las acusaciones al club de Soldati de haber agrandado las áreas más allá de las medidas reglamentarias; los cuestionamientos al árbitro Paulo Vigliano y a su indulgente informe sobre los hechos, las interpretaciones de diversos artículos del Reglamento de Transgresiones y Penas para tratar de determinar cuál debía ser la resolución.