Seleccionado con el primer pick del Draft del '97, Tim Duncan se convertiría en uno de los jugadores más trascendentales de la historia de la NBA. Es que su primera temporada, en la que iba a ser nombrado rookie del año, iba a coincidir nada más y nada menos que con la última de Michael Jordan.
El más grande de todos los tiempos se iba, y el trono quedaba vacante. Pero en Texas ya se gestaba algo especial y con Gregg Popovich al mando de las dos Torres Gemelas (TD y David Robinson) conquistarían el primer título en la 1998-99.
Y no sería el último logro para el estadounidense nacido en Islas Vírgenes: 19 temporadas con el mismo equipo, en todas alcanzó los Playoffs y en 5 de ellas (1999, 2003, 2005, 2007 y 2014) consiguió el anillo de campeón.
De perfil bajo, humilde, inteligente y buen compañero. Así recordarán a la cara de la franquicia tejana, que con el ejemplo supo liderar y dominar el juego desde la zona pintada. En lo individual fue el MVP dos veces (2002 y 2003) en la temporada y tres (1999, 2003 y 2005) en las Finales.
Junto a Manu Ginóbili y Tony Parker compuso el trío más ganador de la historia (575 victorias en temporada regular y 126 en Playoffs). Y junto a su entrenador fue parte de la dupla más ganadora que haya existido (1001 triunfos).
En su carrera jugó un total de 1392 partidos en los que promedió 19 puntos, 10.8 rebotes, 3 asistencias y 2.1 tapas en 34 minutos. A sus 40 años decidió ponerle punto final a su legado, pero el mejor ala pivot de la historia de la liga se convirtió en leyenda y su paso quedará inmortalizado en la memoria.