Schumacher salvó su vida pero sufrió daños neurológicos severos que lo han dejado postrado. Superó varias intervenciones quirúrgicas por el grave traumatismo de cráneo (golpeó contra una roca) y pasó varios meses en coma.
Hoy, con muy pocas noticias, o casi ninguna, ya no quedan esperanzas sobre su posible recuperación. Probablemente ya no vuelva a caminar ni hablar.
Desde que Schumacher fue trasladado a su mansión suiza de Gland, a orillas del Lago Leman, la información es escasa. La familia se ha blindado para que no corran noticias ni fotos del estado actual del siete veces campeón de la Fórmula 1.
Corinna, la esposa del ex piloto, ha dedicado parte de la inmensa fortuna familiar a los cuidados médicos del alemán. Según trascendidos, los gastos semanales serían de 140.000 euros (casi 7 millones por año).
Recientemente los Schumacher han vendido el jet privado y sus casas de vacaciones en los Alpes y Noruega para asumir los elevados costos del tratamiento.
El presidente de la FIA y ex director de Ferrari en la etapa en la que Schumacher encadenó cinco títulos mundiales, Jean Todt, es uno de los pocos que han sido autorizados a visitarlo con asiduidad.
Los medios alemanes han publicado que Schumacher pesa menos de 45 kilos y que sus lesiones neurológicas son tan graves que el ex piloto apenas tiene momentos de consciencia y no reconoce a sus familiares, aunque esto no fue confirmado oficialmente.