El 16 de noviembre de 2003 iba ser recordado en el mundo del fútbol como el día de la inauguración del Estadio Do Dragao, nueva casa del Porto, en un amistoso ante el Barcelona. Pero esa efeméride pasó a un segundo plano, ya que aquella noche no sólo se presentó la nueva casa de los portugueses, también lo hizo un joven argentino con pinta de crack en el cuadro catalán, nada más ni nada menos que Lionel Messi.
La Pulga, con 16 años, viajó a Portugal junto a otros cinco compañeros de las Inferiores Blaugranas. Ninguno de ellos había subido nunca al avión del primer equipo, dirigido entonces por Frank Rijkaard y capitaneado por Luis Enrique. De hecho, Messi no se había entrenado todavía con los mayores. El técnico holandés y el argentino se conocieron en el aeropuerto.
El partido, en plena Fecha FIFA, fue la oportunidad perfecta para probar a los nuevos talentos, aunque el rival era de entidad: entrenados por José Mourinho, eran los vigentes campeones de la Copa UEFA y esa temporada ganarían la Champions League, competición a la que el Barsa no se clasificó.
Los portugueses se impusieron 2 a 0 ante un Barcelona que formó con hombres como Jorquera, Oleguer, Gabri y Sergio Santamaría. Ronaldinho, la recién llegada estrella brasileña, se encontraba en su país recuperándose de una lesión.
El rosarino entró al partido en el minuto 75, en reemplazo de Fernando Navarro. El número de su camiseta fue toda una premonición: el futuro ganador de cinco Balones de Oro jugó aquella noche con el 14 en la espalda, número que en el club recuerda automáticamente a la figura de Johan Cruyff.
No tardó en asomar el talento de Messi, capaz de generar en tan solo 15 minutos dos buenas chances de gol, algo que no pasó inadvertido para Rijkaard. "Se ve claramente que tiene calidad, que es un jugador con un futuro prometedor", aseguró el holandés tras el encuentro. Sin embargo, Leo no debutó en competición oficial hasta la temporada siguiente.
Aquel chico de 16 años es, quince años después, el jugador más ganador de la historia del Barcelona con 33 títulos: 9 Ligas, 4 Champions, 3 Mundiales de Clubes, 6 Copas del Rey, 3 Supercopas de Europa y 8 Supercopas de España.
Además, el 10 sigue pulverizando incontables récords en el elenco catalán. Es el máximo goleador de la historia del club con 566 tantos en 650 partidos; ostenta también, con 91, el récord de goles anotados en un año natural y es el mayor anotador de todos los tiempos en las grandes ligas europeas.
Para recordar aquella fecha tan importante en su historia, el Barcelona compartió en sus redes sociales un video en el que el propio Lio narra cómo vivió ese encuentro.
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