River jugó el partido que había quedado postergado en la fecha 13 del campeonato y gozó los regresos de Lucho González y Saviola después de una pila de años, pero la fiesta no pudo ser completa. Dominó el juego y tuvo las más claras contra un buen Tigre (lo complicó mucho de contra), pero no pudo meterla. Así quedó a dos puntos del líder San Lorenzo.
La idea de Gallardo se vio en cancha desde el principio, si bien a su equipo le faltaban algunos intérpretes estelares, pero la primera ocasión tuvo que evitarla Barovero. Le costó a River llegar con peligro en ese PT y apenas destacó un disparo lejano de Ponzio, que volvió a comerse la cancha (figura junto al Pity Martínez en la Banda). Lucho tuvo que ingresar antes de lo esperado por la lesión de Piscu y dejó en claro que la jerarquía no se pierde jamás.
Ya en el complemento, llegaron las ocasiones claritas. Una con Sánchez, otra con el propio Lucho, que de manera increíble no pudieron definir mano a mano y abajo del arco. Más aún, Gallardo movió piezas y puso a Saviola y Cavenaghi para buscar ese grito esquivo que no iba a llegar. Y con River volcado en ataque, Tigre encontró la beta en las contras y tuvo dos para llevarse el triunfo en el final. Ponzio, con un cierre in extremis, y Barovero salvaron al Millo.
El empate le terminó calzando justo a un partido que pudo ser de ambos y no fue de ninguno. River dejó pasar la chance de alcanzar la punta pero Gallardo tiene un objetivo mucho más urgente antes de que se reanude la Libertadores: amigarse con el gol.