River consiguió un agónico empate 2-2 ante Tigres en México, sigue con vida en el Grupo 6 de la Copa Libertadores y en la próxima y última fecha se jugará su pasaje a los octavos de final.
A los 11, en la primera llegada clara del partido, el uruguayo Edigio Arévalo Ríos remató desde el borde del área, Barovero no puso resistencia y los mexicanos se adelanteron en el marcador. El arranque se complicó aún más cuando Leonardo Ponzio abandonó la cancha por lesión y en su lugar ingresó Matías Kranevitter.
La más peligrosa del conjunto millonario llegó recién a los 41 por un cabezazo de Rodrigo Mora que hizo fácil Nahuel Guzmán. Y cuando el árbitro Adrián Vélez estaba por finalizar la primera parte, Barovero evitó que Enrique Esqueda aumente el marcador con una brillante atajada a contrapierna.
En el arranque del complemento, Marcelo Gallardo quemó las naves: Gonzalo Martínez y Camilo Mayada ingresaron por Leonadro Pisculichi y Ariel Rojas, de flojo rendimiento. A partir de allí, el Millo tomó la iniciativa, se adueño de la pelota e intentó ser más punzante. Y cuando parecía que llegaba la igualdad, Damián Álvarez, un viejo conocido de Núñez, la empujó y puso el 2-0 a los 23.
Parecía que el partido estaba resuelto, pero el visitante resucitó. A los 42, Teófilo Gutiérrez descontó aprovechando un error de la defensa y dos minutos después Rodrigo Mora selló el 2-2 definitivo con una volea espectacular. Así, River logró un empate heroico y, aunque no depende de sí mismo para clasificar, se trajo un punto clave de Monterrey que puede ser muy importante en lo anímico.