Unas 11 horas de tenis, confirmaciones, sufrimiento e impactos. París despidió el calor sofocante y Roland Garros recibió un aluvión se emociones. La noche caía sobre la cancha central y Renzo Olivo , al que junto con Guido Pella le había tocado lo peor del sorteo, agravado por el envión que traía Jo-Wilfried Tsonga (12°) con el título de Lyon, angustiaba a los franceses y olfateaba su día histórico. Excitado y con el brazo suelto.
El francés que peor estaba en rigor era Tsonga, que se la pasó dos sets tirando la pelota afuera, sobre todo de derecha. Y el rosarino, un relojito, imprimiéndole un ritmo y tiros agresivos a un tenis que sorprendió a todos. ¿Quién podía pensar que un jugador con 8 primeras ruedas perdidas y un par de qualys no superadas, con los cuartos de final de Ecuador como mayor expresión y un récord de 4-11, en la temporada podía jugar de esa manera?
El episodio del día anterior, cuando Fernando Verdasco-Alexander Zverev fue interrumpido sin sentido a las 20.30, set iguales, y aún quedaba luz natural, incidió para que el umpire desestimara los desesperados pedidos de Tsonga por parar el partido en el tercer capítulo: el torneo no quiso exponerse a las críticas por cuidar a su jugador. Olivo tuvo dos chances muy propicias para consumar un triunfo resonante: en el 6-6 del tie-break del 3° y cuando sacó 5-3 en el 4°, publicó <i>La Nación</i>.
Finalmente, cuando se determinó la suspensión, tras 3h24m y cerca de las 22, decisión que Tsonga vio con muy buenos ojos, no disimuló y dejó contrariado al argentino, que pretendía seguir, quedó una sensación: que la gran ocasión era ayer. Aún así, todo puede suceder en la reanudación este miércoles, en el 2° turno de la central, cerca de las 7.30 de la Argentina.
Tsonga acababa de quebrar y pudo sacar para 5-5. No quiso. El partido está 7-5, 6-4, 6-7 (6) y 5-4 para Olivo. Que nunca especuló y mostró más coraje que su experimentado rival. El argentino estuvo cerca de emular a Verdasco, que a los 33 años rompió con las previsiones y eliminó al del momento, Zverev, por 6-4, 3-6, 6-4 y 6-2. Otro gran impacto, tras la despedida de la alemana Angelique Kerber, N° 1. Tal fue la frustración de Zverev que ni recurrió a eufemismos: "He jugado una mierda, así de sencillo. No es una tragedia perder un partido".
<b>Buscan la tercera rueda</b>
Tres argentinos afrontarán sus compromisos por la segunda rueda de Roland Garros. Diego Schwartzman ya está jugando ante el italiano Stefano Napolitano. Cerca de las 8 de la mañana, hora de la Argentina, Horacio Zeballos se enfrenta al gigante croata Ivo Karlovic. A las 10, Marco Trungelliti se mide contra el español Guillermo García López.