Un primer tiempo en el que hubo mucha tensión. Sin embargo, Racing dominó el encuentro a gusto y placer, porque Godoy Cruz no atacó y no inquietó a Sebastián Saja. El Tomba pareció en otra sintonía y lejos estuvo de inquietar a la Academia, que hizo figura a Sebastián Moyano a lo largo de la etapa inicial. Esto se debió a que el 1 del conjunto mendocino apareció en varias acciones para negarle el gol a Diego Milito, Gustavo Bou y Ricardo Centurión, entre otros. Por estos motivos: la falta de puntería del local y la escasa voluntad ofensiva del visitante, el encuentro se fue sin goles al entretiempo.
A pesar de que manejaban el encuentro, la tensión estaba, pero como River no podía anotarle a Quilmes, también había una cierta calma. Y la misma se convirtió en tranquilidad cuando la Academia se puso en ventaja por un gol en contra de Rolando García Guerreño, quien en su intento por rechazar empujó al arco un cabezazo de Ricardo Centurión (parecía que no entraba, por eso es gol en contra), tras un desborde estupendo por la derecha de Gastón Díaz, en una gran acción personal.
Desde ese momento, el conjunto de Daniel Oldrá se acordó de atacar, porque recién en desventaja buscó con mayor ambición el arco de Saja. Tuvo alguna que otra situación, pero no más que eso, porque Rubén Ramírez no la tocó, Jaime Ayoví hizo más lujos que acciones productivas y el mediocampo no pudo pesar en ofensiva. Por eso, el encuentro fue de manejo del local, que tuvo algunas más y hasta le anularon un gol a Gabriel Hauche, quien estaba en la misma línea.
Sin embargo, la Academia se metió solo atrás y Godoy Cruz, con muy poco, comenzó a llegar al área de Saja. Primero Luciano Lollo salvó el empate, con un cierre genial, y después el control pasó a ser del conjunto de Mendoza, que levantó con los ingresos de Juan Garro y Leandro Fernández, quienes entraron en buen nivel para el equipo cuyano. No obstante, el visitante no pudo tener otra chance clara y por eso Racing se consagró campeón, tras 13 años sin títulos.