Con la autoridad que le da la historia, y también el presente. Rafael Nadal no dejó lugar a sorpresas en la final del Masters 1000 de Montecarlo (4.301.125 euros en premios) y arrasó a su compatriota Albert Ramos-Viñolas por 6-1 y 6-3. No sólo fue décima coronación en el principado, sino que además dejó atrás a Guillermo Vilas como mayor ganador de la historia sobre polvo de ladrillo.
El español, séptimo en el ranking, apenas tuvo una cierta oposición de Ramos-Viñolas (15°) en el segundo set, aunque terminó de sellar la victoria con un quiebre en el noveno game para desatar luego su festejo medido. Para Nadal fue el 50° título de su carrera sobre esa superficie, superando el récord que hasta hoy compartía con Guillermo Vilas.
Nadal venía de vivir en la semifinal ante el belga David Goffin una situación inusual, luego de un importante error del umpire Cédric Mourier. En el primer set Goffin quedó 3-2 y sacaba para confirmar el quiebre. Pero Nadal impactó una pelota que terminó picando claramente afuera y fue cantada "mala" por el línea. Mourier dudó, bajó de la silla, aseguró que el tiro había sido bueno e hizo repetir el punto. El error fue un golpe anímico para el perdedor, que se desmoronó, e indignó al público, que se pasó el resto del partido silbando a Mourier y al propio Nadal.
Ramos Viñolas no pudo coronar con una victoria la mejor semana de su carrera. El 24° del ranking venía de vencer en su camino a su primera final de un Masters 1000 al número 1 del mundo, el británico Andy Murray, y luego al croata Marin Cilic y al francés Lucas Pouille.