"Mi rendimiento la pasada temporada fue irregular. Estuve mucho tiempo fuera de los terrenos de juego y cuando volví nunca terminé de encontrarme bien. He intentado olvidarme de lo vivido ese año para recuperar mi mejor versión. Viví un año complicado, pero ahora estoy muy bien", declaró el delantero del Barcelona al sitio oficial del club catalán.
Y agregó: "Pasa en la vida y dentro del terreno de juego. Uno va creciendo y aprendiendo, va mejorando cosas y sí que saqué muchas cosas positivas, a pesar de haber sido un año deportivamente malo".
En tiempo de mirar hacia adelante, la Pulga enfatizó sobre la recta final de la temporada: "Ya tenemos una final de Copa allí guardada que nos espera, en la Liga dependemos de nosotros mismos y la Champions sabemos que es lo más difícil. Pero también tenemos la ilusión de llegar lo más lejos posible, así que lucharemos por todo".
"Las tengo guardadas en mi casa, en unas vitrinas, con los trofeos, pero tengo pensado hacer algo especial, algo más bonito con todas las pelotas. Quiero que tengan un lugar más especial", relató sobre el lugar destinado para atesorar las pelotas de los hat-tricks.
En cuanto a su paternidad, Messi se mostró feliz con el crecimiento de su hijo Thiago.
"Primero está él y después todo lo demás. Antes perdía o hacía algo mal y no hablaba con nadie durante tres o cuatro días hasta que me pasaba la locura. Ahora pierdo un partido, y llego a casa y veo a mi hijo y se me pasa todo, tengo la bronca por dentro pero ya está. Ser padre me ayudó a crecer, a no volverme loco por el fútbol y a pensar que hay otras cosas en la vida", dijo.