Eran las 4.55 cuando el teléfono sonó. En la casa de Comodoro Rivadavia no había nadie porque la familia se había ido por las vacaciones de invierno. Entonces, en lugar de darse por vencido, quien llamó probó con el celular del destinatario. Cuando Carlos García, un ingeniero civil pampeano, atendió, del otro lado de la línea estaba Marcelo Bielsa, agradeciéndole por una carta que le había enviado un tiempo atrás.
"Le escribí para contarle que admiraba mucho lo que hacía, su dedicación al trabajo, y también para comentarle un poco de mi vida para que sepa quién era yo, pero nunca pensé que me iba a responder y menos por teléfono", le contó García al diario El Patagónico, de Comodoro Rivadavia.
El 23 de junio pasado, el ingeniero redactó la carta en su notebook manifestándole a Bielsa su admiración y cómo lo había maravillado el análisis que realizó del Athletic de Bilbao cuando le ofrecieron la dirección técnica. Entonces, buscó en Internet la dirección del Olimpique de Marsella, club en el que el técnico dirige actualmente, y le mandó el sobre con la carta por Correo Argentino a Francia.
Su rutina siguió normalmente y García continuó levantándose a las 5 de la mañana para ir a Cerro Dragón, donde se desempeña para la empresa Pan American Energy. Sin embargo, tres días después de la final del Mundial de Brasil que Argentina perdió con Alemania, Bielsa lo llamó.
"El me agradeció mis palabras y me preguntó sobre mi vida, le conté que me levantó a las 5 para ir a trabajar a 60 kilómetros de mi domicilio y hablamos de muchas cosas. Me confesó que le gustaba más cuando estaba en el amateurismo que ahora, que no soporta que no se valoren los merecimientos y sólo se le dé espacio al que gana. Me dijo también que de una persona que trabaja todos los días para tener su auto y otro que se compra un auto porque se ganó la lotería, él valora al que realiza el esfuerzo", contó García, quien confesó que no pensó que su historia iba a masificarse ya que sólo se la había contado a "un par de conocidos del trabajo".