Tuvieron que luchar mucho para entrar en los playoffs de la NBA, y lo lograron. Pudieron quedar cuartos en la Conferencia Oeste, pero en el cierre de la temporada regular los San Antonio Spurs perdieron 122-98 con los New Orleans Pelicans y finalizaron en el séptimo lugar, por lo que enfrentarán al segundo rival con mejores resultados: los Golden State Warriors.
El equipo de Manu Ginóbili jugó su último juego del campeonato con la chance de quedar en una gran ubicación para la fase final -y hasta con la ventaja de tener la localía a su favor para definir la serie-, pero no pudo con los Pelicans y quedaron en desventaja de campo y en la complicada posición de medirse frente al campeón defensor y tres veces finalista en los últimos tres años.
El bahiense y compañía tendrán un gran desafío por delante, ya que los Warriors son un equipo temible pese a que este año quedaron en el segundo lugar en el Oeste con una marca de 58 triunfos y 24 derrotas, por detrás de los Houston Rockets (65-16).
Golden State volvió a los primeros planos en 2015, cuando conquistó el título, y luego perdió la final 2016 y reconquistó el anillo el año pasado. Ahora, con nombres de la talla de Stephen Curry (lesionado), Kevin Durant, Klay Thompson, Draymond Green y Andre Iguodala quieren defender su corona.
Pero San Antonio no será un hueso fácil de roer. Manu no se entrega nunca y con 40 años sigue dejando su huella en la liga más competitiva de básquet del mundo. Con su experiencia puede guiar junto al entrenador Gregg Popovich -un estratega que sabe de paradas bravas- al equipo a complicarle la vida a los favoritos. Soñando con dar otro batacazo más en su carrera, que en caso de perder podría llegar a su fin...