Olimpia hizo un interesante primer tiempo, si bien su trabajo se desdibujó en el segundo cuarto. El CAO tuvo recursos y variantes más que importante, lo que le significó ser un elenco peligroso. Jugó mejor en el primer segmento porque lo hizo con paciencia, claridad y serenidad. No forzó situación y esperó los momentos para anotar. En el segundo chico no repitió el trabajo, entonces, su adversario, levantó sus pretensiones y lo incomodó.
En los primeros 10 minutos trabajó correctamente. Lo hizo tanto cuando lo defendieron personal y cuando el adversario le propuso una zona 2-3. Para romper las intenciones del oponente utilizó muy bien la rotación de la bola, no fue egoísta y así encontró espacios para ejecutar.
En ese sentido, desde el perímetro lastimó con Bogado y Aguirre, mientras que en el juego interno lo hizo con Claudé. El local fue más que el oponente, dominó y se hizo acreedor de las acciones.
San José en sí tuvo empeño y sacrificio, pero mostró limitaciones al momento de atacar. Fue muy desordenado y dependió mucho de Toriani. Ante ello, y con un marcado desnivel en el juego colectivo, Olimpia hizo lo correcto y cerró el primer cuarto 28 a 17. El panorama arrancó bien en el segundo cuarto, tal es así que el CAO logró la máxima ventaja, 34 a 18.
En su mejor momento, a Olimpia le llegó el bajón. Se apresuró, perdió consistencia y le dio chances a su rival. San José de a poco se vino y empezó a preocupar. Primero quedó 36 a 27 y después 43 a 36. Metió un lindo parcial y se entusiasmó. No obstante, buenos ingresos desde la banca de Sánchez y de Guanco le dieron al local un poco de aire para el complemento.
Para Olimpia la idea fue recobrar la memoria y volver a ser lo que fue en el primer cuarto. Igual, a decir verdad, le costó mucho lograr ese objetivo. El gran error del dueño de casa fue entrar en el ritmo alocado que propuso la visita. Cuando el CAO bajó un cambió, respetó los sistemas y no se enloqueció, fue mucho más como equipo. No obstante, no lo logró y por ende el pleito fue mucho más parejo y equilibrado.
A Olimpia le faltó ser inteligente, al margen que la calidad de sus individualidades le permitieron sostener un margen de entre 10 y 13 tantos de luz.
Al margen de ello, el bajar el nivel de juego y no tener los mismos porcentajes lo llevaron a debilitarse. En el arranque del último chico, San José quedó más cerca, 71 64, por lo que su ilusión creció.
Cuando el panorama se puso espeso, los de Gustavo Agasse cambiaron su fórmula. Empezaron a defender con mayor sacrificio y empezaron a construir la recuperación de atrás hacia adelante. Recuperar y correr en transición fue la premisa. Con ello lograron puntos importantes, fundamentalmente para escaparse (84 68) y apagar la llama de la esperanza del rival. (El Diario)