Luego de la fea derrota con Independiente Lanús entendió que no había más margen y jugó el partido contra Gimnasia como un verdadera final. El juego que lo llevó a pelear el campeonato sigue sin aparecer pero la chapa se bancó con los dientes apretados y el premio fue grande: con el 2-0 se trepó momentáneamente a la cima del campeonato, que después de muchas fechas ya no es propiedad solamente de River. La presión ahora es de los otros.
De arranque se notó en Gimnasia un equipo aguerrido, que no se tomó vacaciones antes de tiempo a pesar de no pelear por nada y que no le hizo las cosas fáciles al dueño de casa. Después de unos largos minutos de pelea en la mitad, llegó el primer gol, de Romero, tras varios rebotes en el área. El Chino, nuevo pichichi del torneo con 11, se llenó el pie de gol y le reventó el arco a Monetti. Una de Benítez, la pelea de Silva, los intentos de Ayala, lo que se destacaba en la lucha.
Pero el Lobo no se dio por muerto ni aún en desventaja y salió a amanezar la ventaja del líder en en el complemento. Lanús pasó calor (aún sin grandes intervenciones de Marcehsín) hasta que Guillermo apagó el partido con varios cambios juntos. Cambió el ritmo y el Grana hizo negocio: después de un cabezazo que no fue de Braghieri, Ayala la enganchó de afuera del área y venció a Monetti una vez más.
Lanús hizo su parte, se trepó a la punta y ahora espera que River y Racing repartan puntos para quedar ahí. El Grana va a dar pelea hasta el final.