La clausura preventiva por cinco días que sufrieron ayer a la tarde las oficinas de La Bombonera, en el marco de una investigación abierta de oficio por "exceso de concurrencia y omisión de recaudos" en el encuentro del pasado sábado ante Lanús, ya comenzó a dejar repercusiones dentro de Boca. Hay una hipótesis recorre con fuerza los pasillos del club, aunque la tranquilidad parece ser la que manda.
Desde el seno de la dirigencia creen que la maniobra que se llevó a cabo ayer en Brandsen 805 está relacionada directamente con lo político. Sin embargo, lejos está esto de ocasionar preocupación en el Xeneize, puesto que consideran que dentro de las oficinas clausuradas se encuentran las pruebas que certifican que se cumplió con el aforo del 50 por ciento que permite el Gobierno.
Desde el club dicen que incluso ni siquiera se llegó a ocupar la mitad de la capacidad de La Bombonera, porque de los 26.500 lugares habilitados se ocuparon 22 mil. Esto quiere decir que la fiscalía a cargo de eventos masivos que encabeza Celsa Ramírez, que es la que tiene a cargo la investigación junto con la actuación del juez Javier Buján, no tendrían motivos para encontrar culpable a Boca por exceso de concurrencia.
Si bien el tema del aforo parece ser el más importante sobre la mesa en estas horas, hay que recordar que el Xeneize también es investigado por la existencia de entradas adulteradas para el encuentro del pasado fin de semana.