Ala pivote de 2,03 metros. Cuatro veces All Star. Dos veces mejor quinteto de la NBA. Un promedio de veinte puntos y diez rebotes.
Uno cree que con esas estadísticas un jugador NBA ya tendría la vida ganada, sin embargo no siempre es así. Spencer Haywood, el Laker que quiso asesinar a su entrenador y posteriormente supo ser campeón de la NBA.
Spencer Haywood nació en Mississippi un 22 de abril de 1949, entre campos de algodón y en una familia en la que el alcohol hacía estragos. Lo vio en su abuelo y en varios de sus nueve hermanos y hermanas, pero lo importante no llegó sino hasta que él y su familia se mudaron a Detroit.
Allí, Spencer comenzó su carrera como basquetbolista en la Pershing High School, a la cual en 1967 llevó a ganar el campeonato estatal. En Detroit también comenzó a frecuentar malas compañías. En su único año como universitario Spencer formó parte de la Universidad de Detroit Mercy, aquí promedió unos espectaculares 32 puntos y 22 rebotes, los cuales lo llevaron a disputar los Juegos Olímpicos de México 1968; donde los estadounidenses consiguieron la primera posición y Haywood fue un estandarte con tan solo 19 años.
Su carrera como profesional comenzó un año después del oro; Spencer tenía hambre de NBA, pero comenzó jugando en su competencia directa, la ABA (American Basketball Association), la cual se diluyó unos años después.
Los Denver Rockets fueron los afortunados, pues Haywood estuvo solo una temporada y fue de locos: promedió 30 puntos y 13 rebotes. En su único año ganó el Rookie del Año y el MVP, claramente, al ver estas actuaciones, las franquicias de la NBA se vieron cegadas por esta brillante actualidad.
En el Draft de 1971, Spencer fue seleccionado, Buffalo Braves era su destino, pero luego de una disputa terminó jugando en Seattle. El ala-pívot jugó cinco temporadas en los Supersonics, y disputó 4 veces el All Star Game; hasta allí Haywood estaba cumpliendo con lo que se esperaba de él. Luego de cinco muy buenas temporadas, Spencer fue fichado por el equipo de la Gran Manzana.
En los Knicks tuvo un paso fugaz, donde su mayor logro fue conocer, casarse y tener una hija con la modelo Iman. En New York creció el árbol y se pudrió la manzana; una gran manzana. Pues fue aquí donde Spencer le comenzó a poner fin a su carrera. Fue en New York donde Spencer comenzó a consumir drogas duras. ¿Marihuana? Spencer ya fumaba desde la Universidad. La cocaína fue la que arrasó con su carrera, la cual podría haber sido aún mejor.
1979, Spencer fue fichado por los Jazz. Aunque tuvo muy buenas estadísticas, Spencer debió irse de allí a mitad de temporada, debido al racismo que recibian los hombres de color. Así, Haywood llegó a los Lakers, la franquicia recientemente comprada por Jerry Buss.
En Los Ángeles ocurrió la catástrofe.
Los Lakers contaban con jugadores como Kareem Abdul Jabar y un joven, pero carismático Erving "Magic" Johnson, Spencer llegó aquí con 30 años y para formar pareja con Kareem. Los Ángeles es una ciudad ideal para las drogas, aún más en los 80 's donde el 80% de los jugadores profesionales caían envueltos en las drogas duras. Esto ya era una problemática normal, en Los Lakers ya la mitad estaba inmersa en este mundo. A pesar de esto, los Lakers llegaron bastante lejos, 5 anillos? Showtime.
A pesar de una buena actualidad deportiva de Los Lakers, las cuales llevaron a la franquicia a las finales de la NBA, los de Haywood eran solo sufrimiento. Pues tenía que hacerse cargo de su hija, de la cocaína y de ser titular en el quinteto. Obviamente, no pudo con todo y perdió la titularidad? Pasó de promediar 24 puntos a promediar menos de 10,y a Westhead y Riley no les tembló el pulso a la hora de sacarlo.
"Me sentía sin manos, como si ya no tuviera dedos. Magic me daba buenos pases, y yo no los podía alcanzar. Me negué a creer que fueran las drogas, a pesar de que estaba usando Quaalude, Valium, alcohol y otras cosas para reprimir la fiebre de la cocaína. Pensé que tal vez estaba dando demasiados giros en los pases, tal vez incluso para hacerme quedar mal" dijo Spencer en una de sus entrevistas.
Los Lakers estaban en las finales y contra los Sixers de Julius Erving. Haywood, que se había prometido a sí mismo que no se drogaría durante los playoffs. Finalmente, patinó una noche en la que terminó mezclando crack, ron y tranquilizantes. Al día siguiente se durmió varias veces en el coche, camino al entrenamiento y también en el entrenamiento. "En la entrada en calor, me acosté y notaron que no me estaba moviendo. Mis compañeros me gritaban: '¡Wood!, despierta'. Y nada. Me sacudían y nada. Todo el equipo se reunió a mi alrededor, imaginando que estaba muerto", agregó Spencer; "Mi carrera se estaba desvaneciendo, junto con mis amigos, mi autoestima, todo. Le dije a Westhead que necesitaba ayuda. Pero ese enfrentamiento fue la excusa que necesitaba para expulsarme. Fue a ver a Jerry Buss y en dos horas ya dejé de ser un Laker"
Wood fue separado del equipo; la depresión, las drogas y el alcohol eran el día a día de Spencer?
"Dirigí toda mi ira hacia Westhead. Dejé el Forum. Conduje mi Rolls toda la noche y mi único pensamiento era que Westhead debía morir. Planeé cómo acabar con él. En plena ira y tras consumir cocaína, llamé a un amigo de Detroit, un tipo llamado Gregory, un gángster genuino certificado, y le dije: 'Ven, necesito que te encargues de alguien'. Él dijo: 'No hay problema, Wood. Me encanta hacer eso por ti'. Al día siguiente, Greg y su compañero volaron a Los Ángeles, listos para trabajar. Nos sentamos y planeamos sabotear los frenos de su coche. Obtuvimos su dirección: Westhead vivía en Palos Verdes". Así relató Spencer su plan diabólico.
Luego de varias llamadas con su mamá, Spencer desactivó el plan. Afortunadamente. Finalmente, Los Lakers consiguieron el anillo. Pero Spencer nunca pudo recuperar su nivel. Luego de un breve paso por el baloncesto de Italia, Wood volvió a la NBA para terminar su carrera en los entonces Washington Bullets.
La retirada del deporte le brindó la oportunidad de desintoxicarse. Ingresó a rehabilitación y logró superar sus adicciones. Spencer Haywood, una vez al borde del abismo, se convirtió en un defensor vital para la lucha contra las drogas. Su historia, una montaña rusa de éxitos y fracasos, sirve como recordatorio de los peligros que acechan en la cima del éxito deportivo.