Mientras el mundo económico se volcaba en las últimas décadas hacia Oriente, la Fórmula 1 seguía sus pasos. Las carreras asiáticas ganaban espacio en un calendario del Mundial que, mientras se ampliaba en fechas, iba viendo salir a algunas de las carreras más tradicionales.
Ahora, el campeonato rey del automovilismo se dilata aun más pero vuelve sus ojos a Europa, la cuna de la Fórmula 1. En 2018 se reincorporó el Gran Premio de Francia, tras nueve años de ausencia; Alemania parece estabilizarse luego de algunas intermitencias (2007, 2015, 2017), y ayer se anunció para 2020 la vuelta de otra prueba histórica, la de Holanda, y en un autódromo también histórico, el de Zandvoort.
Sin embargo, el progresivo regreso de las catedrales de la Fórmula 1 no conspira contra la expansión hacia el Índico y el Pacífico; ya está confirmado, también para el año próximo, el estreno de otro sitio exótico: Vietnam. Con ambas novedades, el certamen pasará de 21 carreras a 23. Y Formula One, la dueña del negocio y que desplazó hace dos años a Bernie Ecclestone de la gestión comercial, se diferencia del promotor inglés en que evita dejar de lado la tradición a costa del dinero de los nuevos jugadores del escenario internacional. A tal punto que planea llegar a la inédita cifra de 25 fechas.
Una vista aérea del trazado de Zandvoort Una vista aérea del trazado de Zandvoort Crédito: dpa
"Desde el inicio de nuestro nuevo mandato en Fórmula 1, dijimos que queríamos tener carreras en nuevos lugares, pero también respetar las raíces históricas de este deporte en Europa", sostuvo el estadounidense Chase Carey, el sucesor de Ecclestone, mientras gestionan su continuidad Gran Bretaña, España, Italia y la propia Alemania.
Países Bajos en general, y Zandvoort en particular, recibieron 30 veces a la F. 1, entre 1952 y 1985. En 2020, cuando retornen, habrán pasado 35 años de su última vez. "Es un circuito de una larga e impresionante historia y un verdadero desafío para los pilotos. Con la popularidad de Max Verstappen, habrá una gran afluencia de público", apuntó Jean Todt, el presidente de la Federación Internacional de Automovilismo.
Lo que el francés mencionó es algo más que eso: el interés en el talentoso joven de Red Bull, a quien siguen muchos fanáticos vestidos de naranja en los autódromos, fue un factor central en el regreso del GP de su país. "Es un circuito icónico. Corrí allí en F. 3 y disfrutaba mucho", comentó el chico de 21 años, nacido 12 temporadas después de aquella última función de F. 1 en Zandvoort, que tuvo un podio de lujo: Niki Lauda, Alain Prost y Ayrton Senna.