La temporada 2023 del fútbol de Primera División puede terminar teniendo apenas un descenso. Lo curioso es que cuando se empezó a jugar la Liga Profesional a principios de año la decisión era que fueran tres los clubes que perderían la categoría para ir, progresivamente, llegando a una normalidad de 22 equipos.
A falta de siete fechas para que termine la temporada, un grupo nutrido de dirigentes comenzó a impulsar la idea de que la tabla anual, esa que genera palpitaciones al término de cada jornada, sólo sirva para decidir los equipos que jugarán copas internacionales. El descenso será, por lo tanto, para el último de la tabla de los promedios.
Pero ése no será el único cambio. Para que no quedar impares en 2024 -quedarían 27 equipos-, el mismo grupo propone que sean tres los clubes que suban desde la Primera Nacional. De ese modo, se volvería al torneo de 30 equipos, con 15 encuentros por fecha. Sí, se volvería a ese mega torneo que había pergeñado Julio Grondona antes de morir y que nunca, entre desinteligencias y pandemias, se pudo desactivar.
"Observamos con suma preocupación la delicada situación que se produce con esta definición del descenso por tabla anual que encuentra implicados la mitad de los equipos de Primera División en un contexto social y económico del país muy complicado", desliza, palabras más, palabras menos, la carta que en principio tendría el acompañamiento de unos 20 clubes de Primera División.
Para justificar el aumento de participantes a partir de la próxima temporada, los ideólogos de esta propuesta ponen como ejemplo la creciente Major League Soccer de Estados Unidos -que tiene 29 equipos participantes y que en 2025 contará con 30- o la continua vocación de la FIFA de ampliar mercados, algo que se corporiza con la Copa del Mundo de Estados Unidos, México y Canadá 2026 que tendrá 48 selecciones en vez de las 32 que hubo en el inolvidable Qatar 2022.
Habrá que ver si este boceto se transforma en realidad. Algo similar había sucedido cuando los descensos pasaron de tres a dos hace menos de cuatro meses. Al principio hubo un borrador que generó resistencia inicial, pero al final todos los representantes de los clubes alzaron la mano aquel 22 de junio en una Asamblea Extraordinaria que se celebró en el predio de Ezeiza para aprobar por unanimidad que se aboliera una de las pérdidas de categoría.
En este caso, además del premio para los equipos que andan penando en Primera División se suma la recompensa para los de la Primera Nacional, que tendrán un ascenso extra -hasta ahora sólo sube el ganador de la final entre los mejores de cada zona y el vencedor de un reducido-.