De a poco, el Manchester United comienza a adquirir el sello de José Mourinho. Es que la bajada de linea directa que comenzó a hacer el técnico tanto ante los micrófonos (avisó que cualquiera podía armar las valijas) como en el vestuario (dejar a Rooney en el banco, por ejemplo) está dando sus resultados: después de un comienzo a traspié, el United comenzó una remontada que tiene como objetivo cazar al Chelsea, quien le sacó 13 puntos en 18 fechas y, por ahora, no da síntomas de debilitamiento.
Aún así, los Reds volvieron a hacer los déberes. Sin mostrar un alto vuelo futbolístico pero con una efectividad ofensiva demoledora, el Manchester sumó tres puntos más a la cuenta: esta vez fue 3 a 1 ante Sunderland, que le plantó cara en el primer tiempo pero evidenció ciertas falencias defensivas, las cuales, de hecho, lo llevaron a ubicarse actualmente en puestos de descenso. Por el contrario, el local pegó en el final del primer tiempo y se limitó a defender la ventaja para liquidarlo de contra en la segunda mitad.
Los tres goles tuvieron su particularidad. El primero, convertido por Blind, contó con una buena participación de Marcos Rojo, quien comienza a ganar terreno en la consideración del entrenador, en tanto que el segundo significó el número 50 de Ibrahimovic en la temporada (previa asistencia de Pogba, la cuarta en lo que va del torneo). Mientras que el broche de oro lo puso Mkhitaryan: el armenio recibió un centro de Zlatan que resolvió con un taco aéreo.