La violencia y el poder de las barras bravas es una de las mayores problemáticas que atraviesa el fútbol argentino. Sin embargo, son pocos los que se animan a asumir culpas y hablar con la verdad respecto a los contactos con estas agrupaciones. En este marco, el presidente de Vélez, Raúl Gámez, admitió tener contacto habitual con la barra de su club.
"Yo pacto con los barras. Lo hago para no pasar vergüenza y que después hagan lío y eso perjudique al club", reconoció el dirigente en una entrevista concedida al diario La Nación.
Gámez dijo que conoce a los integrantes de la barra porque "son los hijos de amigos" y que por eso puede "charlar con ellos". "Los llamo, les pido que no hagan lío y que no hagan quedar mal a Vélez", comentó.
El presidente de Vélez evitó responder si le da entradas a la barra, pero señaló que "entran igual" a los partidos porque "son socios" de la institución. En esa línea, reclamó que sea la Justicia la que se ponga al frente de los controles del derecho de admisión ya que consideró los clubes no pueden asumir esa responsabilidad.
Al ser consultado sobre la responsabilidad de los dirigentes en el crecimiento de las barras, Gámez no esquivó la acusación y planteó: "¡Por supuesto que cometimos errores para que crezcan! ¡Muchos! No supimos frenarlos y se nos fue el tema de las manos".
Gámez aseguró que el fenómeno de las barras bravas comenzó durante la última dictadura militar, con el inicio del mandato de Julio Grondona como presidente de la AFA. También acusó a los políticos de "usar" a estas agrupaciones.
"La mejor demostración es cuando los barras van a los Mundiales gracias a los políticos. Ahí está todo claro. Además, los tienen cerca para muchas actividades de la política. Los políticos tendrían que ayudar a los clubes y hacen todo lo contrario", apuntó.