Francia se quedó con la medalla de bronce del Mundial de España al derrotar en el partido por el tercer puesto a Lituania por 95-93.
En un juego que se inició con mucha fricción, bajos porcentajes y dos equipos a los que les costó parar la pelota, hubo un leve predominio francés (2-7), pero extremadamente dependiente de lo que podía generar Lauvergne, el autor de los primeros siete puntos galos. Lituania lo emparejó con los cambios, sobre todo a partir del ingreso de Jankunas. Se fortaleció en la pintura y comenzó a ganar en el tablero contrario. Jankunas con un gran pasaje lideró a su equipo a un parcial de 7-0 para dar vuelta el trámite. Pero este Francia, que no deja de sorprender, volvió a tomar las riendas del juego con tiros abiertos, y así cerró el cuarto inicial con una leve ventaja, y justamente a partir de un triple agónico de Batum: 19-22.
El segundo período fue más entrenido, pero más que nada porque los dos equipos dejaron de lado la defensa para priorizar el ataque. Batum siguió quemando las redes en los franceses, mientras Lituania encontró en Pocius y Valanciunas a los hombres más efectivos para cerrar el primer tiempo solamente un punto abajo: 42-43.
Lo mejor de Lituania fue el tercer segmento, siempre con Valanciunas como el hombre encargado de machacar y ganar en el poste bajo. A excepción de Batum, una vez la gran figura de su equipo, Francia se vio desgastado, y eso generó un declive en su juego con el correr de los minutos. Mientras tanto los bálticos encadenaron una racha positiva para ingresar al cuarto final con aire suficiente: 71-64.
Contrariamente a los que se había visto en el parcial anterior, Francia sacó a relucir su temple, volvió a las fuentes, presionó a su rival, le impidió desarrollar su juego, y de a poco fue dando vuelta la historia. Diaw, Heurtel y Pietrus encabezaron el ataque de un equipo que pareció entregado y renació en su peor momento.
El cierre fue dramático, con Francia manteniendo una leve ventaja, y Lituania remando de atras. Heurtel pareció asegurarlo restando treinta segundos (80-86), pero Juskevicius le puso emoción a un partido que se terminó definiendo desde la línea de libres.
Lituania volvió a las lagunas clásicas, de un equipo que nunca puede llegar a plasmar en cancha todo lo que está capacitado a generar. Tenía por delante una gran chance de asegurar el bronce, pero una vez más aflojó su carácter, y esta Francia que sorprendió hasta el último día que jugó, se hizo gran merecedora de la medalla que se ganó. /Básquet Plus/