El partido de Serbia contra Albania, por la clasificación para la Eurocopa 2016, se interrumpió a raíz de un grave enfrentamiento entre los jugadores. Todo comenzó cuando un drone sobrevoló la cancha con una bandera que mostraba una potencial Gran Albania. El serbio Stefan Mitrovic la bajó. Y ahí se desató la furia. Hubo petardos, bengalas y los hinchas locales amenazaron invadir el campo de juego.
Enseguida, los albaneses se tuvieron que refugiar en el vestuario visitante. El partido quedó suspendido a los 41 minutos del primer tiempo, cuando iban 0-0.
Este encuentra ya había sido declarado de alto riesgo por las diferencias históricas entre serbios y albanos. El conflicto se recrudeció desde que Kosovo, ex provincia serbia de mayoría albana, proclamó su independencia en febrero de 2008. Por eso las dos federaciones acordaron no permitir la entrada de fans visitantes en los estadios, pese a lo cual se desplegaron 3.500 agentes de policía serbios. Nada de eso fue suficiente para frenar un final de locura.