El FootGolf, disciplina fusiona fútbol y golf (aunque más próximo a este segundo), va creciendo año a año, y tendrá su próxima Copa del Mundo entre el 9 y el 16 de diciembre de 2018. en Marrakech (Marruecos). Será la tercera edición de un Mundial de FootGolf, después de Hungría, en 2012, y Argentina en 2016, y uno de los que estará presente en el certamen como parte de la Selección Argentina será el entrerriano Roberto Fabián Ayala.
El oriundo de la ciudad de Paraná, segundo jugador argentino con más presencias en el representativo nacional de fútbol con 115 partidos jugados y que jugó tres Mundiales (1998, 2002 y 2006), lleva cerca dedos años practicando FootGolf, una nueva pasión que, según cuenta el propio Ratón, le devolvió las ganas de competir.
¿Cómo llegás al Footgolf?
-Un poco por casualidad. En el 2016 se hizo un Mundial en la Argentina y me llamaron para jugar y también para promocionarlo. Ahí jugué por primera vez y quedé caliente porque pateé muy poco. Y quedé manija, empecé a preguntar dónde se entrenaba y qué había hecho para hacer jugar. Al poco tiempo, me hice socio de la Asociación Argentina de Footgolf y Me pasaba el miércoles de 9 de la mañana a 6 de la tarde, tratando de entenderlo.Tenía cero experiencia, pero ahora tengo la oportunidad de disputar un Mundial. Tengo esa ilusión de volver a competir para la Selección Argentina.
¿Qué hizo que te picara el bichito de nuevo?
-Me gustan mucho los juegos de precisión. Y a diferencia del fútbol, donde el jugador sí está acostumbrado a errar, acá tenés que tratar de que ese error no te siga porque podés perder una buena tarjeta. El footgolf me devolvió las ganas de competir, una rutina que había dejado. Hacía bastante que no iba a un gimnasio, que no pensaba en qué comer o qué hacer para estar mejor al día siguiente de competencia. Es un juego que lo puede jugar cualquiera, alcanza con que te guste patear.
-¿Tenés ventaja por tu pasado como futbolista?
-Sí, la fuerza, el golpe. Hay diseños de canchas o de hoyos que son para un perfil zurdo y el que yo maneje las dos piernas me da una ventaja. A lo mejor el que no tiene esa chance, lo hace pero le cuesta un poco más. Si tenés más herramientas tenés más chances de ganar. Pero después depende de tu cabeza y del día, cómo te levantes, cómo estés.
-¿Motivaste a algún otro jugador, un ex como vos?
-Pablito (Aimar) vino un par de veces a jugar, pero está con bastante trabajo. Juan Caffa también vino cuando estaba buscando club, se había enganchado y le servía para entrenar. Pero después consiguió club en EE.UU. A los ex que encuentro les digo que vengan. Si hay más ex futbolistas el deporte tomaría otra dimensión.
-En tu caso, el Footgolf te va a dar la chance de volver a jugar un Mundial con la Selección
-Sí, bueno, yo soy el ex futbolista voy como invitado, no tengo que jugar la Liga, pero hay muchos torneos que están dando la clasificación en el Mundial. Este año fue un torneo en Holanda, donde se juega la modalidad por equipos, que nunca ha sido hecho de esa manera, sólo en entrenamientos. Tuve la sensación de que no había pasado desde que jugaba con la Selección. Esas sensaciones me hacen esperar con mucha ansiedad qué es lo que va a pasar en Marruecos (se jugará del 9 al 16 de diciembre y el Calendario junto a Sergio Vázquez, ex defensor también de la Selección, encabezando la delegación argentina).
-¿Con qué expectativas llegan a Marruecos?
-Nos quedamos con lo que pasó en el 2016: Argentina es subcampeona en equipo y campeona en individual. Tiene muy buenos jugadores y creció la masa. Pero, ojo, afuera también crecieron. El número uno del mundo es un inglés, que juega bárbaro. Inglaterra y Holanda, donde se creó este deporte, tienen jugadores interesantes. Estados Unidos es el campeón reciente. Pero los hemos igualado en calidad de jugadores. Vamos a pelear el título. Si bien no tenemos la oportunidad de practicar en los campos que entrenan, y que jugamos en hoyos con diseños diferentes, tengo mucha fe.
-¿A tus compañeros les genera un plus saber que vos jugaste tres mundiales?
-Yo creo que sí, mucho. Sobre todo en lo que respecta al equipo. Es un juego en el cual cuando a tu compañero no le va bien vos lo sentís, y tratás de motivarlo como para que pueda salir de un mal día. Acá se charla mucho: las horas que pasamos juntos, el 80% hablamos del juego, de las pelotas que usa cada uno, de cómo le fue en tal hoyo. Nos apoyamos entre todos.
-Ahora lo mirás de otro lado: no tenés un delantero que marcar, no hace falta pegar una patada, ¿Eso se extraña del fútbol?
-Y sí, algunos me dicen "menos mal que no hay contacto físico", je. Varios me lo dijeron. Pero hay que mantener las formas dentro del campo. Es un juego de caballeros. La diferencia por ahí es que, en el fútbol, tenés un compañero que te va a frenar la pelota, que te puede transformar en bueno un pase que era malo. En cambio acá, si vos la tiraste mal te volviste a joder, la tenés que sacar de nuevo, tenés que remendar el tiro malo que hiciste. Cada tiro debe ser una buena decisión para poder cerrar en menos golpes, que en definitiva es el espíritu del juego. Y me apasiona.
Fuente: www.ole.com.ar